Un acusado de matar de 18 puñaladas a la que había sido su exnovia y después profanar su cadáver, en el domicilio que habían compartido en Granada, reconoció ayer ante el tribunal popular que le juzga el crimen, si bien aseguró que estaba borracho: "Empecé a apuñalarla y hasta que no se cayó al suelo no paré, pero no estaba pensando en hacer daño", aseveró. Se enfrenta a 25 años de cárcel.