Cinco años de prisión. Ésta es la condena a la que se enfrenta un joven de Ibiza, R.R.N., acusado de colaborar en el asalto a dos viviendas en Vigo. Sus huellas dactilares en el Citroën C4 que utilizaron los ladrones para huir son a juicio de la fiscal una prueba contundente de su autoría. Pero el imputado, que en la época en que ocurrieron los hechos se encontraba en situación de búsqueda y captura y residía con su novia en la ciudad olívica, negó su participación. "Estaba prófugo de la Justicia, en mi situación no me iba a poner a cometer delitos", declaró el joven, que ya fue sentenciado por hechos similares en 2007 y al que en esta ocasión no identificó ningún testigo en el juicio.

La vista se celebró ayer en el Juzgado Penal 1 de Vigo. Los robos ocurrieron el 9 de marzo de 2009 en un domicilio de Ricardo Mella y en otro de Camiño Portiño. Un individuo rumano ya condenado por estos hechos entró en ambas casas y sustrajo dinero y joyas. Según la fiscal, el joven ibicenco le esperaba fuera en un coche alquilado con el que se daban a la fuga. En ese turismo aparecieron huellas del imputado. Éste lo justificó alegando que había estado en el vehículo ese día porque había ido con el ya condenado y otras personas a enseñarles un piso para alquilar en Porriño, labor a la que se dedicaba en Vigo. La Fiscalía ve "inverosímil" esta explicación.