Los investigadores creen que la explosión que esta madrugada causó cuantiosos daños materiales en la Casa Consistorial de Baralla (Lugo) fue intencionada y, pese a que las fuentes consultadas por Efe no descartan todavía otras hipótesis, trabajan con la teoría de que la detonación fue provocada.

Esta deflagración ha obligado a que la carretera N-VI permanezca cortada desde las seis de la madrugada en el kilómetro 470, a causa de los restos de estructura que han llegado a la calzada y, mientras se espera a que esté completamente limpia, el tráfico circula por una vía paralela.

Las fuentes consultadas han indicado que la explosión se produjo en una zona próxima a la puerta principal del edificio del Ayuntamiento, el lugar en el que en estos momentos trabajan expertos en explosivos de la comandancia de la Guardia Civil de Lugo y al que se desplazan especialistas procedentes de A Coruña.

El municipio de Baralla está gobernado por Manuel González Capón (PP), un político que fue muy criticado cuando en un debate plenario en el que se condenaron las acciones del movimiento Resistencia Galega justificó la violencia ejercida durante el franquismo por el régimen de la dictadura.

Este regidor ha preferido hoy aguardar a los resultados de las indagaciones antes de pronunciarse sobre si considera que lo sucedido puede ser un atentado y si lo ve comparable a lo ocurrido el 7 de octubre de 2013 en el Ayuntamiento de Beade (Ourense), gobernado por el popular Senén Pousa, un alcalde que se definió como franquista y cuyo consistorio quedó destrozado por un explosivo atribuido a Resistencia Galega.