José Bretón, condenado a 40 años de cárcel por el asesinato de sus hijos Ruth y José, declaró ayer en el juicio en el que se le acusa de un delito de malos tratos psíquicos habituales en el ámbito familiar. Durante su intervención, aseguró que era su esposa, Ruth Ortiz, "la que disponía" y tomaba las decisiones en casa.

La fiscalía solicita tres años de prisión para José Bretón por estos hechos y la prohibición de acercamiento a Ruth Ortiz y al domicilio familiar a una distancia inferior a un kilómetro, así como la prohibición de comunicarse con su exmujer por cualquier medio. Todo ello durante un periodo de cinco años. En concepto de responsabilidad civil, el ministerio fiscal pide que el acusado indemnice a Ortiz con 9.000 euros por los malos tratos sufridos.

La defensa de Bretón, representada por la abogada Bárbara Royo, solicitó su absolución, al entender que su cliente no cometió los hechos de los que se le acusa.

El Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Huelva dictó a finales del pasado año el auto de apertura de este juicio, tras abrirse la causa por una denuncia que Ruth Ortiz interpuso contra su todavía marido el 9 de octubre de 2011, un día después de la desaparición de los niños. Posteriormente, Bretón fue imputado por un delito de maltrato psíquico habitual y de amenazas. Entonces, prestó declaración por videoconferencia ante el juzgado y negó cualquier tipo de maltrato hacia Ruth Ortiz.

Bretón, que llegó sobre las 08.10 horas de ayer al Palacio de Justicia de Huelva para la vista de este juicio, indicó que "las decisiones las tomaba ella" y que él "las aceptaba". "Ella era la que decidía", reiteró el acusado, que también aseguró que la determinación de Ortiz de romper la relación le pilló por "sorpresa".

En esta línea, definió a la que fue su esposa como una persona "de carácter fuerte". Además, destacó que era "alegre", pero que su personalidad cambió en las Navidades de 2009, a raíz de una discusión en el hogar.

Tras la declaración de José Bretón, Ruth Ortiz acudió a la sala y comunicó que se acogía a su derecho a no declarar, ya que no se persona como acusación particular, sino como testigo.