Un delito de asesinato con la agravante de parentesco. La Fiscalía y la acusación popular que ejercita la Asociación Clara Campoamor no tienen dudas respecto al crimen de la pequeña Asunta Basterra y el papel que jugaron sus padres, Rosario Porto y Alfonso Basterra, a quienes acusan de idear y ejecutar juntos un plan para matar a la niña que habían adoptado once años atrás en China. La única diferencia la marca la petición de penas. El Ministerio Público solicita 18 años de prisión para cada uno de ellos y la acusación popular los eleva a 20, pena máxima por asesinato. Ambos escritos de acusación -que en ningún momento apuntan al móvil del crimen- fueron presentados en el Juzgado de Instrucción 2 de Santiago ayer, ahora llega el turno de las defensas que deben presentar sus conclusiones -que pedirán la absolución de sus clientes al estimar que no hay pruebas contra ellos- y posiblemente antes de fin de año se celebre el juicio con jurado.

| Vida en común. El fiscal considera que aunque los padres de Asunta se divorciaron con sentencia firme en febrero de 2013 e hicieron durante varios meses vidas separadas, retomaron la vida en común en junio de aquel mismo año, tras un ingreso hospitalario de Rosario, si bien "mantenían dos viviendas abiertas: la de Doutor Teixeiro como domicilio de la madre y un piso alquilado en República Argentina como domicilio del padre. "La niña acompañaba indistintamente a uno o a otro. Se quedaba a dormir en ambos pisos. Eran normal que comiesen los tres juntos en casa de Alfonso, que era quien cocinaba.

| Acuerdo para la sedación. El Ministerio Público sostiene que los acusados se pusieron de acuerdo para suministrar de forma continuada a Asunta lorazepán, un medicamento ansiolítico, sedante, relajante muscular y amnesiante que tenía prescrito Rosario para sí y que le suministraron repetidamente durante el verano de 2013.

| Alfonso y el acopio de Orfidal. "En ejecución del plan acordado", expone el fiscal, Alfonso retiró 175 comprimidos del medicamento entre el 5 de julio y el 16 de septiembre, apenas cinco días antes del crimen, en la misma farmacia. En una ocasión aseguró que se había dejado la caja anterior en un hotel, también presentó una receta a su nombre de su médico del Sergas y otro día una receta privada.

| El hombre de negro. El fiscal sostiene que la noche de 4 al 5 de julio, la niña fue sometida en el piso de madre a uno de los episodios de sedación: Rosario hizo circular el rumor de que había entrado un asaltante en el piso, que habría agredido a madre e hija. Así se procuraban una forma de dar una explicación a la niña sobre los acontecimientos de la noche". La segunda sedación de Asunta, según el Ministerio Público, tuvo lugar unos días después. El 9 de julio Alfonso la llevó a la Escuela de Música, pero la niña estaba ida, perdida, incapaz de coordinar: "bajo los efectos de la medicación". Rosario Porto fue a recoger a la niña aquel día y sus profesoras le comentaron lo ocurrido. El fin de semana del 20 al 21 de julio, según la acusación, "volvieron a someter a Asunta a los efectos del Loracepán". En este caso "fueron tan intensos" que tuvieron que cambiar la clase de música para el día siguiente, y aún así Asunta seguía sedada al día siguiente, cuando Alfonso la llevó y la recogió en la escuela de Música. El 18 de septiembre, tres días antes del crimen, volvieron a someterla, según el fiscal, a los efectos del Loracepán. La intensidad fue tal que no pudo acudir a clase al Instituto.

| Alfonso y Rosario, vacaciones juntos. Los padres de Asunta dejaron en agosto a la niña con su madrina en Vilanova de Arousa, y los primeros días de septiembre al cuidado de la empleada doméstica, que la tuvo en su casa de Val do Dubra. Rosario y Alfonso, según el fiscal, estuvieron mientras tanto "juntos de vacaciones".

| El viaje a Teo. El 21 de septiembre, según el relato de los hechos del fiscal, los acusados y su hija comieron juntos en el domicilio de Alfonso: "Puestos de común acuerdo, y con la intención de acabar con la vida de la niña, le suministraron una cantidad de medicamento necesariamente tóxica para, cuando le hiciera efecto, asfixiarla". La niña salió del piso de Alfonso a las 17.20 horas para ir a hacer los deberes a casa de su madre. Pasadas las 18.00 horas "Rosario, siguiendo el plan acordado con Alfonso, se llevó a Asunta en su coche a la finca de recreo de la familia en Teo. A Las 18.33 horas desconectó la alarma de la casa.

| Asfixia por sofocación. El asesinato de Asunta, incide el fiscal, tuvo lugar entre la hora de llegada a la casa y las 20.00 horas. La asfixiaron "por medio de la compresión que le aplicaron sobre la boca y la nariz. Sufrió náuseas o vómitos". La niña, afirma "no pudo defenderse de modo efectivo porque estaba bajo el efecto del medicamento".

| Atada antes de morir. En un momento próximo a la muerte, asevera la acusación, la ataron por los brazos y los tobillos. Después abandonaron el cuerpo en la cuneta de una pista forestal a 4 kilómetros de la casa.