Cencerrado se enteró por televisión de que las fuerzas antidroga habían incautado su cargamento de cocaína. El colombiano Fabián Gilberto Pears, cuyo hijo sería secuestrado dos años después de su arresto por un compañero de prisión que amenazaba con matarle si no le pagaban un rescate de 5 millones de euros y que fue rescatado por la Policía Nacional, era su lugarteniente -según la Fiscalía Antidroga- y quien se ocupaba del día a día de los "negocios".

"El valenciano" fue detenido en un chalé que disfrutaba en una lujosa urbanización de Vilagarcía, con el empresario Miguel Ángel N., considerado su "delegado" en Galicia.

La aparición en las noticias de la incautación del alijo llevó la tranquilidad a varios integrantes de la organización. Uno de ellos, a tenor de las escuchas policiales, advirtió "si no se publica soy hombre muerto", pues los cárteles colombianos dueños de la cocaína pensaban que alguien les robaba.