Durante dos horas el tribunal de la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo esperó la llegada de Álvaro Agustín Verdera, el único de los nueve procesados por el alijo del pesquero Ratonero, abordado en 2012 con casi 3.000 kilos de cocaína que faltaba en el banquillo de los acusados. La perplejidad era grande, pues el tripulante del narcobarco debía ser trasladado de la prisión de A Lama con otros tres imputados. El entuerto se resolvió al fin: había ingresado en un hospital para someterse a una intervención quirúrgica programa sin que nadie avisara al tribunal, y al parecer, tampoco a su nuevo letrado. La vista oral ha sido aplazada hasta el 6 de octubre.

En el banquillo de los acusados se sientan el grovense José Luis Devesa, propietario y armador del Ratonero, su cuñado Jorge Cono; tres tripulantes del pesquero, el representante en España de la organización exportadora de al droga, el colombiano Anyer Holguín Correa, y los tres lancheros arousanos extraditados de Madeira, donde vararon la planeadora que pilotaban para recoger la droga cuando descubrieron que el patrullero Petrel de Aduanas había interceptado al pesquero.

En prisión provisional solo permanecen el propietario del pesquero Ratonero, dos tripulantes y el contacto colombiano permanecen en prisión. En el caso de los tres primeros porque no depositaron las fianzas que se les impusieron (de 75.000, 50.000 y 10.000 euros), mientras que el colombiano fue enviado a prisión sin posibilidad de fianza por riesgo de fuga.

El narcobarco grovense, incluido en otro sumario por suministrar supuestamente gasolina a las planeadoras que salen al Atlántico a recoger los alijos de droga, "cayó" por las escuchas autorizadas a otro grupo que pretendía alquilar el Ratonero para un desembarco de hachís. El "vuelve en veinte días" que el cuñado de José Luis Devesa recomendó al arousano Salvador rey Buezas, desveló a los agentes que el pesquero iba a estar ocupado con otro alijo.

El fiscal pide para los procesados del Ratonero penas de cárcel de entre 16 y 19 años para cada uno de ellos, pues les imputa un delito de tráfico de drogas y otro de pertenencia a una organización criminal; y reclama multas que suman 2.000 millones de euros.

La idea de la organización, según el fiscal, era descargar la droga en una planeadora, en la que viajaban José Manuel Cores Losada, José Antonio Búa Padín y Baltasar Vidal Durán, "Saro", que la llevaría a un punto de las costas gallegas.

Los tripulantes de la planeadora, al ver al Petrel huyeron y se refugiaron en Madeira, ya que no tenían combustible suficiente para regresar a España, pues debían repostar en el Ratonero, que llevaba combustible para ello.

El fiscal solicita, además, el comiso del dinero intervenido a los procesados "procedente del pago que se les había hecho por su ilícita actividad" . Unas cantidades irrisorios de 15, 25 y 40 euros en el caso de tres tripulantes del pesquero, que se eleva a 2.295 euros en el caso del patrón y 500 euros en poder de cada uno de los tripulantes de la planeadora, que fueron detenidos cuanto intentaban escapar de Madeira en un yate tras pasar ocultos dos semanas. Además de las penas de prisión, el Ministerio Público solicita que se les prohibe cualquier actividad lúdica o profesional relacionada con navegación durante 15 años.