El fiscal del caso por supuesto blanqueo de capitales procedente del narcotráfico de la trama encabezada por Juan Carlos G.M., Culebra, apreció ayer contradicciones en las declaraciones de dos testigos: en las del cuñado de una de las acusadas, Margarita M.S., y en las de un trabajador del puerto deportivo de Baiona. Por este motivo, pidió al tribunal que se deduzca testimonio para investigar si estas personas incurrieron en un delito de falso testimonio, es decir, mintieron.

En el juicio en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial, con sede en Vigo, el cuñado de Margarita -amante de Juan Carlos durante 20 años-- admitió que esta mujer y Culebra mantuvieron relación afectiva, pero negó la económica, y dijo que todos los ingresos de ella provienen de su trabajo como cuidadora de niños o limpiadora, por lo que llegaba a cobrar, dijo, unos 2.500 euros al mes. El pasado viernes, un perito había confirmado que la amante de Juan Carlos compró dos inmuebles y un coche, aunque ignoraba "de dónde proviene el dinero". Ayer el cuñado precisó que ella sólo es propietaria de uno de los pisos --que pagó con sus ahorros y con ayuda de su familia- y que la segunda vivienda que consta a su nombre es en realidad de su hermano.

El segundo testigo, el trabajador del puerto baionés, dijo conocer "de oídas" a Juan Carlos, ya que era usuario autorizado a navegar en el Netiños, pero aseguró que el yate era propiedad de otra persona que "también lo usaba", un hombre, acusado en la causa, que figura como titular. El fiscal entiende que ambos testigos incurrieron en falso testimonio.

Porsche pagado en metálico

Otros testigos de la defensa ratificaron ayer las versiones de los acusados sobre su capacidad económica para comprar pisos, coches y otras propiedades. Otros, director comercial de un concesionario donde Juan Carlos compró un Porsche Cayenne, corroboró que pagó este coche entregando un BMW y 60.000 euros en metálico.