Hay pocos vehículos tan discernibles como el Chevrolet Blazer, un todoterreno de gran envergardura y aspecto militar, en el que el holandés Martin Verfondern fue visto por última vez el 19 de enero de 2010, antes de desaparecer como si se volatilizara en Petín de Valdeorras, el municipio ourensano donde residía. Hubo búsquedas durante meses y recursos de última tecnología, como el georradar y sonar desplegados el pasado mes de marzo, que no arrojaron resultado sobre el paradero del holandés de 52 años. La aparición el martes pasado en A Veiga de su vehículo, calcinado totalmente por el interior y en parte por fuera, sin las placas de matrícula y en una zona apenas transitada, centra a la Guardia Civil en la hipótesis de que pudiera ser víctima de un asesinato. Tres especialistas de Policía Judicial llegado de la central del instituto armado, expertos en inspecciones oculares, peinan desde ayer por la tarde el pinar de As Touzas da Azoreira en busca de posibles restos humanos y ADN.