"Estuvo casi al lado de las casas, se quedó a 50 metros. Estabámos dentro y ya vimos el humo y el fuego encima. Empezó a unos 2 kilómetros del pueblo y a los pocos minutos lo teníamos al lado". Es el relato aún temoroso de una vecina de A Veiga de Cascallá (Ourense) que vivió con tensión el fuego aparentemente provocado que ayer puso en riesgo a esta aldea del concello de Rubiá, en la comarca de Valdeorras, y ha afectado, al menos, a 130 hectáreas de superficie forestal. La proximidad a los núcleos poblacionales obligó a realizar un cortafuegos en la ladera del monte para evitar que el fuego llegase a las casas.

Los dos fuergos se iniciaron de forma simultánea -con solo 8 minutos de diferencia, a las 15,30 horas- a ambos lados de la carretera nacional N-120 y de una comarcal en Rubiá de Valdeorras. Los incendios forestales declarados en las parroquias de O Porto (80 hectáreas ) y A Veiga de Cascallá (50 hectáreas) dispararon el riesgo. No fue necesario desalojar ninguna vivienda porque los propios vecinos abandonaron sus casas como último retén. Un brigadista resultó herido al correr hacia el incendio tras romper un brazo en una caída.