"Había una caravana de coches en sentido contrario al mío y no podía ver si había peatones. No las vi". Así se justificó ayer ante la titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo Ricardo R.L., un conductor acusado de un atropello mortal en Baiona y que afronta por ello 4 años de prisión y el comiso de su Audi A3 al sostener la Fiscalía que conducía ebrio y a velocidad muy superior a la permitida. El joven, de 26 años de edad, arrolló a dos mujeres en un paso de peatones de Sabarís: la mayor, de 78 años, falleció en el acto, y su cuñada, de 61, resultó herida muy grave y le restan secuelas que le impidieron seguir trabajando como cocinera y que le dificultan los quehaceres cotidianos.

El joven se negó a responder a fiscal y acusaciones particulares. A preguntas de su abogado defensor explicó que una caravana de coches le impedía ver si había peatones y que las dos mujeres pasaron entre esos vehículos, por lo que no las vio. Una versión, la de esta caravana, que se contradice con lo que expusieron varios conductores testigos del suceso, que negaron la existencia de tal hilera de vehículos. El imputado, al que los agentes le aprecieron síntomas de ebriedad como ojos enrojecidos, pupilas dilatadas y olor a alcohol, expuso que tras el accidente le proporcionaron en la ambulancia un ansiolítico, "diazepam", que le dejó adormilado. "Después me dijeron que había muerto una persona y estuve llorando", concluyó.

La fiscal pide para el acusado 4 años de cárcel, 6 de retirada del carné de conducir y el comiso de su vehículo. Le imputa un delito de homicidio por imprudencia grave, otro de lesiones y conducción temeraria. En concepto de responsabilidad civil, demanda una indemnización de 150.000 euros para los herederos de la mujer fallecida y 148.120 euros para la superviviente. La acusación particular que representa a los familiares de la víctima mortal eleva a 9 años y medio su petición de prisión.

Hechos

Los hechos se remontan al 28 de septiembre de 2012 cuando, según la Fiscalía, el conductor circulaba por la carretera PO-550 "en estado de embriaguez" y a una velocidad "muy superior a la permitida" y rebasó "por el carril izquierdo de la vía a los vehículos que circulaban por el derecho". En estas circunstancias y cuando el acusado acababa de pasar una rotonda, se encontró con un paso de cebra. Al no percatarse de la presencia de los peatones "continuó circulando de la misma forma, sin detenerse" atropellando a las dos mujeres, que eran cuñadas y regresaban a casa tras dar una caminata por el paseo de A Foz. La mayor de las víctimas falleció en el acto, mientras que su cuñada sufrió múltiples fracturas y lesiones por todo el cuerpo. El conductor del Audi A3 fue sometido al control de alcoholemia -la acusación particular redundó en el hecho de que se le hizo pasada más de una hora del siniestro-, dando 0,45 y 0,44, casi el doble del máximo permitido.

Varios conductores, que o bien circulaban detrás del conductor o en el sentido contrario, declararon como testigos. "Me adelantó a gran velocidad a mi y a otros coches y escuché como entraba derrapanado en la rotonda", dijo una mujer. Otro automovilista recuerda que cuando lo vio a tal velocidad pensó: "¡Éste se traga la rotonda!". "Si no viniera rápido no mataría a nadie", consideró otra conductora. La Guardia Civil señala que el coche del acusado paró a 19 metros del punto del atropello.

La defensa comparó el caso de su cliente con el de Ortega Cano, al estimar que la petición de 4 años de la Fiscalía, igual que la que se pedía para el torero, es "desmedida", recordando que aquella mediática sentencia quedó finalmente en dos años y 6 meses de prisión.