"Que no soy Cachuli", manifestaba ante la presencia de numerosos periodistas Juan Carlos González Martín a su llegada a los juzgados de Vigo, en alusión al exregidor de Marbella Julián Muñoz. A sus casi 80 años de edad, "Culebra", un apodo que data de su época de corredor de rallys, entró tranquilo en la sala de juicios. Considerado el cabecilla de la trama de blanqueo, se situó en el segundo banco de los acusado rodeado de su mujer, sus tres hijos, varios familiares y supuestos testaferros entre los que figuran amantes de los imputados. El casi octogenario, un pensionista con invalidez disfrutaba de una gran fortuna que incluye yates, cuadros y joyas. El tribunal debe decidir si la ganó legalmente o procede del narcotráfico.