Un tratamiento de desintoxicación de las drogas le permitirá eludir la prisión. Pero para ello deberá someterse a pruebas toxicológicas y no podrá cortarse el pelo por debajo de los tres centímetros de longitud con el objeto de comprobar la deshabituación en las analíticas. Un joven de 23 años condenado por tráfico de drogas aceptó ayer todos estos condicionantes en una vista celebrada en la Audiencia viguesa: el chico, Francisco Javier V.I., asumió 3 años de cárcel ya que fue sorprendido con cocaína y MDMA que aparentemente iba a vender en una fiesta rave en Cabo Silleiro. El tribunal le suspendió la ejecución de la pena de prisión a cambio de que se trate de su adicción a la cocaína y haga las pruebas que certifiquen que dejó el consumo.

La breve vista, en la que también se impuso al joven una multa de 1.040 euros, se celebró en la Sección Quinta. Y los hechos que derivaron en esta condena se remontan al 20 de julio de 2013, cuando, en torno a las diez de la noche, la Guardia Civil estableció un dispositivo de vigilancia en el entorno de Cabo Silleiro, en Baredo (Baiona), para prevenir la actividad de venta de droga debido a las informaciones recibidas de que se iba a celebrar una fiesta rave en la zona de las antiguas baterías militares.

Con motivo del dispositivo los agentes detuvieron a este joven, que llevaba en su vehículo -en un compartimento entre el volante y el salpicadero- una bolsa con estupefacientes. La Guardia Civil se aprehendió de más de 4 gramos de cocaína valorados en 248 euros, 95 pastillas de MDMA con un valor de 1.041 euros y, finalmente, 0,2 gramos de resina de cannabis. El fiscal reconoce al imputado una atenuante ya que padece adicción a la cocaína, que "consumía de forma continuada", considerando así probado que cometió estos hechos, además de con la intención de destinar la droga a la venta, también "para sufragar su propio consumo".

Cuando fue arrestado al joven se le incautaron 15 euros procedentes del tráfico de estupefacientes, así como un teléfono móvil Sony Xperia y su vehículo Honda Civic, aunque en estos últimos casos no consta que hubiesen sido adquiridos "con la venta ilícita de drogas" ni que fuesen destinados a este objetivo. Por ello, ya en su escrito el Ministerio Público solicitaba que se devolviese al acusado tanto el teléfono como de forma definitiva el coche, que ya estaba en poder del chico provisionalmente en calidad de depositario.