Punzón en mano y a cara descubierta entra en la gasolinera. Su primera víctima, uno de los clientes. Nervioso, amenazando en todo momento a las dependientas, les exige 10 euros. Cuando los tiene, el hombre de la camiseta naranja le pide que se marche, pero el atracador no tiene suficiente y vuelve a por más dinero.

Mientras tanto, al fondo, el cliente de la camiseta azul se prepara para impedirle la huida. Coge un extintor, pero vuelve a soltarlo esperando el momento apropiado. Cuando el ladrón se da la vuelta, arremete contra él. Tras un forcejeo, le quitan el arma, pero el atracador consigue huir. En pocos minutos la Guardia Civil lo localiza, lo detiene y recupera el botín.