Jorge García Pérez, de 35 años y piloto del helicóptero, estaba ingresado ayer en el Hospital do Salnés. Sufrió lesiones superficiales en cabeza, cervicales y una pierna, y un fuerte golpe en la espalda. Los médicos creen que podría tener afectada una vértebra y que incluso podría ser necesario someterle a una operación. Vuela desde 2008 y tiene gran experiencia como piloto. Desde hace un par de semanas publicita en internet su empresa, Heliclover.com, con sede en el aeródromo de Godos, en Caldas.

-¿La causa del accidente?

-Todavía no sé muy bien lo que pasó. Escuché un ruido en la parte trasera, como un crack, y noté que el helicóptero se iba para la derecha. Busqué el mejor sitio posible para bajar. Entrenamos para eso.

-Parece ser que perdió el rotor de cola. ¿Qué ocurre cuando se produce una avería de ese tipo?

-El helicóptero tiene tendencia a enroscarse: hay que coger velocidad para que funcione la aerodinámica y se mantenga recto. Al perder velocidad el helicóptero empieza a girar y hay que quitar un par de fuerzas de gas para que el movimiento quede neutral.

-Cayó en un claro, entre masas de árboles y cerca de una línea de alta tensión. ¿Lo escogió usted?

-Era el único sitio en el que podía bajar porque vi la línea de alta tensión y ya supe que no la pasaría. Escoré de mi lado porque de ese modo podía ver hacia donde caía.

-¿Cuánto tiempo transcurrió entre la avería y el accidente?

-Diez o quince segundos.

-¿Y qué se piensa en un momento tan dramático y tan corto?

-En llegar abajo bien, en buscar un sitio y entrar de la mejor manera posible. Es un poco instintivo.

-Hay gente que tras este accidente quizás piense que la aviación de recreo es peligrosa.

-No creo que sea peligroso con las revisiones que se le hacen a los aparatos y los entrenamientos a que nos sometemos. Hay accidentes de coches, de motos y hasta de bicicletas todos los días. Aunque esto sea más escandaloso.

-¿Era un vuelo contratado?

-Estaba empezando con la empresa. Por el momento me estaba promocionando, pero no estaba vendiendo vuelos. En ese momento venía del restaurante de unos amigos en Portonovo. Iba con dos amigas hacia Caldas, pero no era un viaje de trabajo.