"Al llegar al lugar del accidente observamos hacia el fondo del terraplén y ni siquiera se veía el coche". Esta frase, pronunciada por un bombero, ilustra a la perfección la espectacularidad del siniestro que sufrió la pasada madrugada un joven redondelano de 36 años de edad que salvó su vida tras precipitarse con su turismo por un desnivel de unos 70 metros en la autovía A-52, a la altura de Ponteareas. Pesa a la aparatosidad de la caída, el propio conductor, que estuvo consciente en todo momento, pudo alertar al servicio de emergencias 112 desde su teléfono móvil. El rescate, que se llevó a cabo con un sistema de poleas y cuerdas, fue muy complejo y se prolongó casi tres horas. El herido fue izado en una camilla-nido y una ambulancia del 061 lo trasladó a un centro hospitalario: presentaba un intenso dolor en el tórax con dificultad para respirar, por lo que podría haberse roto varias costillas, y también hipotermia debido al tiempo que aguardó en el vehículo, que a punto estuvo de caer a un río, mientras duró el rescate.

El siniestro sucedió a las 04.15 horas en la A-52 en dirección Vigo, a la altura del punto kilométrico 300, en la parroquia ponteareana de Xinzo. El joven perdió el control de su turismo Alfa Romeo 156 y se salió de la vía, rebasando el guardarraíl y precipitándose por un terraplén muy inclinado de unos 70 metros, con mucha maleza y un tramo con un muro de piedra. "Cuando lo rescatamos él nos contó que no iba a mucha velocidad y que tampoco se quedó dormido ni sufrió ningún mareo; que se le fue el coche y que no pudo controlarlo", afirman los bomberos. Pese a la aparatosidad de la caída y de que no podía moverse, el joven cogió su teléfono móvil y alertó al 112. La Guardia Civil de Tráfico se trasladó al lugar y, una vez en el punto, avisó a los dos bomberos Ponteareas que estaban de guardia para proceder al rescate.

"Nos llamaron a las 04.40 horas y en un principio nos informaron de que el coche se había precipitado unos 30 metros; pero una vez allí comprobamos que eran unos 70", explicó uno de estos efectivos, añadiendo que, ante la complejidad de la operación, decidieron pedir la colaboración de los bomberos de O Porriño. Para proceder al rescate, hubo que utilizar un complejo sistema de poleas y cuerdas. Varios bomberos bajaron hasta el punto donde estaba el turismo. "Había que ir con cuidado por el riesgo que suponía ya que el terraplén era muy inclinado, había mucha maleza, no sabías donde pisabas...; hasta que amaneció además estaba muy oscuro y necesitábamos linternas porque no se veía nada", describen.

Una vez llegaron al coche, introdujeron al herido en una camilla-nido y lo izaron con las cuerdas hasta la autovía, desde donde una ambulancia lo llevó al haspital. "Estuvo en todo momento consciente, le gritábamos desde arriba y él contestaba, aunque ya hacia el final le costaba hablar y mantener la atención; tenía bastante hipotermia", dijeron. Y es que el rescate, por su dificultad, no finalizó hasta las 07.30 horas.