El ingeniero Javier Arrondo desmonta la teoría de la hipoxia de Llorente con un argumento de peso: el combustible. "Un vuelo entre Kuala Lumpur y Pekín tiene una duración aproximada de unas cuatro horas. Los técnicos evalúan las condiciones atmosféricas y redactan un plan de vuelo en el que aconsejan el combustible que hay que cargar, decisión que en última instancia toma el comandante en función de los últimos partes. En cualquier caso, para un vuelo de estas características, el comandante probablemente decidió cargar combustible para otras dos horas. Con carburante para seis horas creo que lo están buscando demasiado lejos", advierte Arrondo.