"Soy inocente, tengo la conciencia tranquila y cuando llega la noche me echo a dormir. No creo que Alfonso (Basterra) sea el culpable, aunque reconozco que en alguna ocasión sí lo he pensado. Creo que hay dos hipótesis como móviles del crimen: la económica y la sexual". Éstas son algunas de las manifestaciones que hace Rosario Porto, la madre de Asunta, y que se recogen en el informe psiquiátrico realizado por los expertos del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga). Unas palabras en las que la abogada se reafirma en su inocencia, pero en las que admite que alguna vez ha sospechado de la participación de su exmarido en el crimen.

Los psiquiatras concluyen que Rosario Porto -en prisión junto a Basterra imputados por el presunto asesinato de su hija- sufre un trastorno adaptativo de tipo depresivo que no afecta sin embargo a sus capacidades cognitivas. Presenta rasgos de personalidad de tipo obsesivo compulsivo. La mujer, según informa el programa Espejo Público de Antena 3, habla en ese informe forense del fallecimiento de la menor, ocurrido hace más de seis meses. "He tardado mucho tiempo en asumir su muerte. Necesité mucho tiempo para darme cuenta de que Asunta estaba muerta", refiere.

Sobre su hija, también habla a los psiquiatras de cómo era. "No era una niña fácil de llevar porque era muy exigente con ella misma y con los demás. Muy brillante, inteligente y fantasiosa. Una niña de altas capacidades", dice Rosario Porto, que añade en este descripción que Asunta "era mucho más lista que yo". "Estaba muy ilusionada y satisfecha con sus actividades escolares y extraescolares. Ella misma era la que demandaba sus clases de inglés, francés, música y ballet", prosigue, para añadir que la niña "era incansable". "Te llegaba a agotar", manifiesta.

Porto muestra su satisfacción por la relación que la menor tenía con sus abuelos. "Asunta quería con locura a sus abuelos y ellos a ella. Daba gusto verles juntos, felices. Yo estaba orgullosa de su relación", asegura, en unas entrevistas en las que también describe la relación de ella misma con sus padres. De su madre, llega a decir que era "encantadoramente odiosa". Su padre era su "debilidad": "Muy exigente, pero también lo era consigo mismo".