La familia de la mujer embarazada asesinada supuestamente por su esposo, tras secuestrarla de la casa familiar de Vilaboa para llevársela a Lugo donde residían, clamó ayer venganza durante el entierro en el cementerio pontevedrés de San Mauro. La tensión es tal tras el crimen que los parientes del agresor, la mayoría sresidentes en Lugo, han huido de Galicia por miedo a venganzas.

María Luisa Jiménez Jiménez, la mujer cuyo cadáver fue hallado el pasado martes en las inmediaciones del aeropuerto de Lavacolla, recibió ayer sepultura en medio de escenas de profundo dolor por parte de su familia y de toda la comunidad gitana de la provincia de Pontevedra. Un dolor que se convirtió en tensión y rabia en cuanto se introdujo el féretro en el nicho, momento en el que parte de la familia no pudo evitar clamar por "justicia" y "venganza", entre gritos de "asesino" dirigidos al marido de María Luisa y presunto autor del crimen, José Luis Cortiñas Romero, quien se encuentra en prisión desde el pasado lunes tras confesar el crimen en el juzgado de Lugo.

El pastor Hipólito Díaz pronunció unas palabras que intentaron consolar a la familia y darles ánimo, aunque él mismo reconoció que es "difícil" encontrar las palabras adecuadas en estas circunstancias. Y es que como él mismo advertía, en la comunidad calé "no estamos acostumbrados a estas cosas" en referencia a un crimen "del que no hay precedentes en España, nunca se ha visto esto entre gitanos", tal y como señalaba el presidente de la Sociedad Gitana de Galicia, Sinaí Giménez.

Al final de la ceremonia escenas de dolor, desmayos de amigos y familiares de la víctima y rabia entre los integrantes de la comitiva que no pudieron evitar clamar "venganza": "Los Jiménez pedimos venganza y los Cortiñas son unos asesinos" . Un dispositivo policial veló por la seguridad durante el entierro de forma discreta.

Hubo también quien pidió "justicia para el hermano" del detenido al que califican de cómplice de los hechos que terminaron con la muerte de María Luisa. Ayer en su casa de Vilaboa, los propios hijos de esta mujer de 37 años de edad culpaban a los allegados del detenido de esconder los malos tratos que sufría su madre. Una de las hijas de María Luisa acusaba ayer a los hermanos del presunto asesino de "tratar de loca y embustera a mi madre" cuando les contó los malos tratos. "Decían que eso no podía ser, y los desgraciados le creían a mi padre y decían que mi madre estaba loca y mira al final lo que ha pasado". Piden Justicia y claman contra el supuesto asesino del que, recuerdan, deja huérfanos a sus seis hijos y "mató a dos personas" a su propia mujer y al bebé en camino.

Por otra parte el subdelegado del Gobierno, Antonio Coello, acudió a la concentración de Vilaboa.. Ante la decisión del consejo gitano de ancianos de Galicia que ordena la expulsión de las provincias de Pontevedra y A Coruña de los familiares del presunto homicida apuntó: "En nuestra ley y en nuestra Constitución no existe el destierro, hay otra serie de medidas penales" y aseguró que la decisión del consejo gitano "es una medida interna que no voy a entrar a valorar".