La Fiscalía de Pontevedra decidió mantener ayer su petición de condena de 15 años de prisión para un vecino de O Grove, J. L. S. S., acusado de un delito continuado de violación cometido sobre su hija legal (no biológica). Unos hechos que se habrían iniciado cuando la niña tenía 10 años, en 2001, y se prolongaron hasta el año 2008.

Los hechos especialmente duros que se juzgaban ayer en la Audiencia de Pontevedra, así como la protección de la identidad y el honor de la menor llevaron a los magistrados a celebrar la vista a puerta cerrada. Solo trascendió esta decisión del fiscal David de la Fuente quien, tras escuchar las declaraciones del propio acusado, la víctima y varios testigos; así como las valoraciones de peritos y forenses, decidió no modificar "ni una coma" el duro escrito de acusación que presentó en su día.

Según la versión que defiende la Fiscalía, las agresiones sexuales comenzaron el mismo año en el que J. L. S.S. se separó de la que hasta entonces era su mujer y madre de la víctima, decretándose que él se quedaría como progenitor custodio de su hija legal y de los hermanos de esta, también menores de edad. Señala el fiscal que a partir de ese momento, y aprovechándose de su posición de superioridad sobre la menor como padre legal de la misma, "comenzó a llevar a cabo, de un modo cotidiano y particularmente humillante para la integridad moral de su hija" diversos actos de naturaleza sexual "empleando en algunas ocasiones la violencia física y en otras la violencia psíquica, a través de amenazas".

Asegura el fiscal que estas agresiones (con acceso carnal tanto vaginal como bucal) se repetían "con mucha frecuencia" hasta que la menor cumplió los 13 años. Entonces las violaciones pasaron a suceder "a diario". Según el escrito del Ministerio Público, en el año 2007 la resistencia de la joven a mantener este tipo de relaciones sexuales fue en aumento en la noche del 6 de febrero de 2008 la víctima logró reunir las fuerzas para poner fin al calvario. Tras la última violación huyó de la casa del acusado en O Grove y logró refugiarse en el domicilio de su madre en Ferrol.