Abel Diéguez Neira, el empresario de Cambre (A Coruña) liberado el pasado 24 de enero tras estar varios días retenido en un cobertizo en Lalín (Pontevedra), ha reconocido, ante la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Betanzos, que temió por su vida, al tiempo que ha negado tener deudas con sus captores, según ha explicado a Europa Press su abogado José Ramón Sierra.

El letrado ha avanzado también que pedirá nuevas diligencias, entre ellas que declare el hermano de este empresario --que podría haber sido el objetivo inicial de los secuestradores-- y que se investigue el entorno de los ocho detenidos en busca de un posible "inductor" del rapto.

La declaración de Abel Diéguez se ha prolongado durante casi dos horas y media con la presencia de los abogados que ejercen la defensa de los detenidos, así como el fiscal, y el propio letrado del empresario.

En ella, según ha explicado su abogado, Abel Diéguez llegó a reconocer a una de las personas que no había reconocido antes, tras su liberación. En concreto, se trató de una de las mujeres detenidas, "que lo custodiaron", ha precisado.

El empresario ha dicho también, según ha manifestado su letrado, que le pegaron "en tres ocasiones" y que le llegaron a dar con la culata de la pistola, que fue localizada en la vivienda de Lalín (Pontevedra).

"Temió por su vida y pensó que lo iban a matar", ha dicho José Ramón Sierra en referencia a una declaración, de la que ha destacado que todo transcurrió "muy bien", pese a asegurar que su cliente se encuentra "destrozado" y a tratamiento psicológico y psiquiátrico.

Deuda

De la misma, ha explicado también que su cliente ha ratificado que no tenía ninguna deuda con sus captores, entre los que habría identificado a Jesús Mejuto como el "organizador" del secuestro.

Al respecto, el abogado ha subrayado que, en su declaración, algunos de los detenidos llegaron a reconocer que se habían "equivocado de hombre y que iban a por el hermano". Al hilo de ello, José Ramón Sierra ha insistido en que Abel Diéguez ha negado ante la jueza tener deudas con los secuestradores y ha matizado que éstas podrían ser "de su hermano o de la empresa de su hermano".

Nuevas diligencias

De hecho, a las puertas del juzgado, tras su última declaración, el presunto cerebro de la operación, Jesús Mejuto, vinculó el secuestro con "una represalia" por una deuda contraída con su padre.

Con ello, aludía a los 12.000 euros más intereses --unos 16.000 euros-- que la empresa Dieda Forestal e Inversiones S.A. fue condenada a pagar por sentencia judicial en 2012 a su padre para abonar una deuda adquirida tras la compra y tala de unos eucaliptos de su propiedad. Como administradores de Dieda constan Abel Diéguez, otros dos hermanos suyos y un cuarto socio.

Según fuentes municipales consultadas por Europa Press, "hubo problemas" con dicha empresa familiar y Abel Diéguez habría roto relaciones con uno de sus hermanos creando otra empresa vinculada con el sector de la madera en Cambre: Playa Forestal SL..

Posible "inductor"

En relación con esta deuda, el letrado del empresario secuestrado ha avanzado que pedirá nuevas diligencias. En concreto, que declare el hermano, que se investigue el entorno de la empresa que éste tenía y también el de los acusados.

"Falta por saber si hay un inductor", ha remarcado José Ramón Sierra, quien ha indicado que es una "hipótesis" que no descartan ya que, a su juicio, podría haber "más gente" que fuera la que encargase el secuestro.

Por otra parte, el letrado ha aprovechado para destacar la "labor soberbia" de la Guardia Civil en el operativo para la liberación de su cliente. De éste, ha apuntado que se tomará unos días de descanso fuera de A Coruña.

Mientras, ha reiterado que su intención es pedir que se acuse a los detenidos de secuestro, delito contra la integridad moral, lesiones psíquicas, tenencia ilícita de armas y amenazas.