El pasado 9 de julio dos profesoras de música que impartieron clase a Asunta Basterra, la niña de 12 años que apareció muerta en una pista forestal de Teo el pasado 22 de septiembre, detectaron que la menor acudía al curso "drogada" y así lo declararon ayer ante el juez del caso, José Antonio Vázquez Taín.

Una de las instructoras, según trasladaron tras la comparecencia los abogados de la acusación popular, que ejercita la Asociación Clara Campoamor, aseguró que la menor "había ido drogada" y la otra mencionó que parecía "mareada" y que "presentaba un aspecto como de sonámbula".

Según los letrados de la acusación, las dos testigos ratificaron sus declaraciones ante la Guardia Civil, extremo que confirmó el abogado defensor de Rosario Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren, quien reseñó que en su testimonio "no hubo absolutamente ninguna discrepancia con lo declarado inicialmente", cuando dijeron que habían visto a la niña "adormecida". Sin embargo, no quiso entrar en valoraciones sobre esa cuestión porque corresponde, dijo, a defensas que no le son "encomendadas", dado, aduce, que ese día no fue la madre quien llevó a Asunta "por la mañana al curso", sino el padre.

Lo que sí destacó el letrado de Porto, que permanece en prisión junto a su exmarido, Alfonso Basterra, acusados del supuesto asesinato de la niña, es que una de las profesoras, a preguntas suyas, calificó "la relación entre madre e hija" de "fantástica". "De manera", subraya, "que todo aquello que se estaba especulando sobre una mala relación o una niña que estorbaba a su madre queda absolutamente desautorizado".

El episodio que relataron las profesoras de ayer no es el único que alude a una supuesta indisposición de la niña, a la que, según el informe toxicológico que obra en la causa, le administraron ansiolíticos al menos durante tres meses antes de su muerte. La profesora de piano de la pequeña aseguró que, unos días después también en julio, le había preguntado a Asunta por qué "balbuceaba" y "hablaba muy despacio" y ésta le contestó que su madre le había dado "unos polvos blancos" y había estado "dos días durmiendo". El padre lo justificó, señaló la maestra, con que se trataba de una medicación para la alergia, aunque dicha afección no figuraba, según su pediatra, en su historial clínico.

Nuevos testimonios

Nuevos testigos declararán en próximos días ante el juez en relación a la muerte de Asunta Basterra. Entre estas testificales, se incluye la de la propietaria de un local hostelero y la de la hermana del hombre cuyo perfil genético coincide con el del semen hallado en la camiseta de la niña, que se realizarán desde Madrid por videoconferencia, como ya ocurrió con la de él mismo y la de su pareja. Las otras dos declaraciones pendientes tendrán lugar en Santiago. Entre estos testigos están dos forenses que intervinieron en la diligencia del levantamiento del cadáver de la menor, cuya declaración se pospuso por la enfermedad de una de ellas.