El abordaje del Riptide y los 3.000 kilos de cocaína valorados en casi 115 millones de euros que transportaba desde Venezuela a Galicia el pasado mes de junio frustró un ambicioso proyecto de la organización, que había previsto otros dos viajes con otras tantas toneladas de cocaína en el pesquero nodriza que serían recogidas en el Atlántico por barcos de las tres organizaciones gallegas desarticuladas en la denominada Operación Albatros. Pero la avería del velero Pixapo, con base en Moaña, que tuvo que refugiarse en el puerto luso de Aveiro y no llegó a la cita, así como las dificultades de los grupos gallegos de lograr otro barco que le reemplazara a tiempo, facilitó al Greco Galicia la captura del nodriza que emprendía el regreso a Venezuela.

El capitán coreano Song Su Kil manifestó en su declaración judicial que, además de los 90.000 dólares que le entregaron -de los que 40.000 eran para pagar a los cuatro tripulantes indonesios-, los narcos iban a cederle el pesquero si realizaba otros dos narcotransportes más. Explicó que un tal Manuel de la organización venezolana contactó con él en el Casino de Trinidad, donde reside, y viajó a Venezuela, desde donde salió el barco. La droga la recogió en el Atlántico, una parte se la acercó una lancha rápida y otra un gran yate blanco. En su poder tenía un papel con las coordenadas donde debía reunirse con el barco gallego para descargar la droga. Esperó varios días y decidió moverse porque se quedaba sin combustible. En cuanto a las claves, tenía escrito "Delfín" y "Rey" en coreano, así como las frecuencias de la radio, según el informe policial del abordaje.

El estado del Riptide, sin embargo, no estaba para muchos viajes. Sus deficiencias llevaron a trasladar a sus tripulantes y el alijo de cocaína al patrullero Petrel del Servicio e Vigilancia Aduanera que trasladó al equipo del GEO que lo abordaron. Trasladado a remolque hasta el puerto de Vigo, los responsables de la Autoridad Portuaria han solicitado su desguace. El informe de la División Medioambiental alertaba el 26 de junio de peligro de hundimiento por las vías de agua, y un posible riesgo de contaminación medioambiental por el hielo y elementos acumulados en las sentinas. El hielo fue retirado y se sellaron las vías de agua, pero el pesquero sigue teniendo riesgos.

El Puerto de Vigo podría aplicar al Riptide el acuerdo alcanzado el pasado mes de noviembre con Fomento que permite a las Autoridades Portuarias enajenar buques incautados antes de sentencia firme. Un paso muy importante para liberarse de la losa que representan los buques incautados por narcotráfico y blanqueo de capitales. El pesquero, de Guinea Conakry aunque navegaba sin bandera y con las luces apagadas -lo que ocasionó que un agente de la Policía Nacional se lesionara en el abordaje- está abarloado en el puerto vigués a otro narcovelero que también corre riesgo de hundimiento.