Las grabaciones realizadas en los calabozos de la Guardia Civil en A Coruña, donde coincidieron Rosario Porto y Alfonso Basterra la víspera de su declaración ante el juez Vázquez Taín, tras ser detenidos por la muerte de su hija Asunta y cuyo objetivo era tratar de esclarecer el papel de cada uno en el asesinato muestran, según los extractos revelados ayer por Antena 3, a un hombre frío, empeñado en calmar a su exmujer, a la que dirige apelativos cariñosos como "lentejita", "nena" o "mi vida". Ella, en otra celda, está preocupada por lo que puede pensar la gente, proclama su inocencia y se pregunta quién quiere hacerle daño. Aunque Basterra le pide "no digas nada inconveniente porque nos graban", Charo Porto le reprocha "tu imaginación calenturienta nos va a generar problemas", "mira la que has montado", y por dos veces inquiere "¿no te dio tiempo a eso, verdad?, a lo que su exmarido replica: "No, sé fuerte".

Extracto de los diálogos

Rosario Porto. ¡Alfonso!

Alfonso Basterra. ¿Sí?

R. ¿No me oyes?

A. Ya te veo, tranquila, todo va a salir bien. Sé fuerte, somos inocentes, no hemos hecho nada, tranquila. ¿De acuerdo, de acuerdo, de acuerdo?

R. ¿Quién puede estar haciéndonos, haciéndome esto?

A. No lo sé, nena, por eso mismo hay que tener mucha calma, estar tranquilos. Todo va a salir bien, ¿ de acuerdo?

R. De acuerdo.

A. Yo te quiero y tú me quieres.

R. Eso es lo más importante, pero el problema es que tienen ...

A. Calma, calma.

R. Quiero irme a casa. ¿Sabes lo horrible que es esto?

A. Ya lo sé, tranquila. No pasa nada, iremos para casa.

R. ¿No te dio tiempo a eso verdad? ¿No te dio tiempo?

A. No. Sé fuerte, estate tranquila que todo va salir bien, mantén la calma.

A. Aprovecha para dormir un poco nena.

R. No soy capaz.

A. Pues túmbate en la cama y relájate.

R. No soy capaz de sentarme, me ahogo. ¿Quién me puede querer hacer daño, Alfonso?

A. Pues no lo sé mi vida, no sé quién nos puede hacer esta faena tan gorda, pero tarde o temprano caerá.

R. Claro que caerá pero, ¿por qué nos tienen aquí? Tienen que tener un montón de indicios, ¿sabes lo que te digo?

A. Pues sí pero son medidas que tienen que adoptar, tiene que ser así, igual mañana salimos en libertad condicional o así.

R. Pero luego va a haber juicio.

A. Que lo tenga que haber, pero si encuentran al culpable entonces no habrá juicio, habrá para él si lo hay. Lo encontrarán, calma, lo encontrarán. Irá a la cárcel toda su vida. Tú tranquila, no digas nada inconveniente porque nos graban.

R. Ya, bueno, y ¿qué voy a decir inconveniente, Alfonso?

A. Pues nada mi vida, por supuesto que no, pero cualquier cosa que digamos o hagamos ya has visto, te lo tomas como... eh?

R. Ya, pero tu imaginación calenturienta nos va a generar muchos problemas, muchos.

A. Por eso, silencio.

R. Y que si yo en casa mato un insecto con un cojín no quiere decir que vaya ahogando a la gente con cojines...

A. Pues claro que no mi vida, claro que no.

R. ¡Pero fíjate la que has montado!

A. Ya, pero como no tienen otras cosas dicen, sospechosos, los padres.

R. Si yo por lo menos soy la primera interesada en saber lo que le ha pasado a Asunta.

A. Si. Ni más ni menos. Por eso estáte tranquila. No tienes nada que ocultar ni yo tampoco. Darán con el culpable, a ver si dan cuanto antes.

R. Ya, pero yo fui tan tonta que todas las cosas que tú me mandabas... Quería que entraras en razón, hacerte ver el daño que me hacías...

A. Ya.

R. Innecesariamente, Alfonso.

A. Ya lo sé. Bueno, ya está.

R. Pero, ¿me entiendes? Todas esas cosas pueden dar lugar a pensar sabe dios qué.

A. Pero no hay nada.

R. Y lo otro Alfonso, lo otro.

A. ¡No hay nada!

R. Siento haberte hecho tanto daño.

A. No pasa nada, el pasado, pasado está. Nena olvídate de eso, se acabó y se acabó. Encontrarán al culpable y saldremos de aquí enseguida, ya verás.

"¡asunta no va a volver!"

R. Bueno, yo no puedo vivir sin ella (por Asunta).

A. Ya está, lentejita.

R. Pero Asunta no vuelve, Alfonso.

A. ¿Cómo?

R. No vuelve.

A. ¿Cómo?

R. ¡Que Asunta no vuelve Alfonso, no vuelve!

A. Ya lo sé mi vida, ya sé que no volverá nunca.

R. Me puse bien por ella...

A. Calma, calma.

R. Y pensaba que podía...

A. Shhh...

R. Hacerle daño emocional

A. Calma, calma.

R. Ver a una madre tan tirada, tan rota, pero es que yo no podía con tantas cosas.

A. Pues claro que no, mi vida, pues claro que no. Calma, calma, que todo se va a solucionar.

A. Claro que sí. Calma. Cuando menos te lo esperes detendrán al culpable. Tú y yo somos inocentes y nuestros amigos saben que somos inocentes.

R. ¿Nos apoya la gente?

A. Todos nuestros amigos, que son muchos, confían plenamente en nosotros.

R. ¿Cuándo te enteraste de que me habían llevado?

A. El mismo día, después...

R. Y la gente, ¿qué decía?

A. Nada, estaba con nuestros amigos, que era una equivocación. Y así va a ser, ¿de acuerdo? Tranquila, relájate, túmbate...

R. Yo no puedo ir a casa por la niña.

A. Olvídate de eso, respira por la nariz, echa el aire por la boca. Calma. Cuando nos queramos dar cuenta, estaremos en la calle.

R. Yo lo que quiero es a Asunta.

A. Ya lo sé, mi vida, ya lo sé. Calmémonos, guapa.

R. Y, ¿qué me queda a mí ahora?

A. Cámate, trata de dormir.

R. ¿Qué he hecho yo para que la vida sea tan dura conmigo?

A. Calma, por favor.

R. He sido buena hija, he sido buena madre, contigo me he portado mal?

A. Shhh? Ya está, cálmate, deja de hablar.

R. ¿Por qué este castigo?

A. Cálmate que tienes que estar muy fuerte para mañana. Piensa que cuanto más fuerte estés mañana, más posibilidades hay de salir.

A. Me voy a tumbar a ver si soy capaz de dormir.

A. Cuanto más descanses hoy, más fuerte estarás mañana para hablar delante del juez, ¿vale?

R. Vale.

A. Pues ya está, como no hay nada que ocultar, relájate.

Marruecos

Por otra parte, Telecinco reveló ayer la declaración prestada por el empresario gallego que mantenía una relación con Rosario Porto y con el que viajaba a Marruecos tras conocerse por asuntos laborales. Este hombre admitió que la víspera del crimen de Asunta pasaron el día juntos y mantuvo relaciones sexuales con Charo. Relató que comieron cerca de Cambados y por la tarde salieron en el barco que tiene en Vilagarcía a dar una vuelta por la Ría de Arousa. Cenaron en Pontevedra y sobre las 23.00 horas la dejó en el portal de su casa en Santiago.

Admitió que había mantenido relaciones sexuales con ella en otras ocasiones: "Nunca estaba la niña. Siempre era de noche y estábamos solos. Entendía que su marido no lo sabía."

Frente a la imagen de persona nerviosa, deprimida y alterada que se transmite sobre Rosario Porto, el empresario defiende que "siempre estaba igual, alegre, contenta y animada", afirma. Tanto él como el amigo marroquí que los presentó -que también declaró y negó cualquier relación sentimental con la madre de Asunta, aunque eran amigos, aportaron muestras de ADN. Los análisis descartan cualquier tipo de relación de ambos con la trágica muerte de Asunta, cuyo cadáver apareció el pasado 22 de septiembre en una pista forestal de Teo.