Que un discapacitado -fingido- aborde a una anciana en la calle rompiendo billetes de 100 euros, que le enseñe un paquete lleno de lo que él llama estampitas y que esté dispuesto a entregárselos a cambio de una pequeñísima cantidad (una media de 6.000 euros) con la ayuda de un "listo" dispuesto a llevar a la mujer al banco, es para sospechar. El timo de la "estampita", el más clásico de la picaresca española que inmortalizó el actor Tony Leblanc en "Los tramposos", sigue funcionando.

--- NO TOCAR ---

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