Vecinos de la calle Braña de Ponteareas vivieron ayer por la mañana momentos angustiosos tras una discusión de pareja que acabaron con final feliz. Una mujer de 28 años, de nacionalidad rumana, amenazaba con tirar por la ventana de un quinto piso a su hija de 16 meses. La rápida intervención del teniente de la Guardia Civil en la localidad, que abrió la puerta blindada de una patada, permitió reducir a la mujer y salvar al bebé.

La madre abrió la ventana del piso que comparte con su pareja y con otro joven, en torno a las 12.10 horas, y comenzó a tirar mobiliario por la ventana, a la vez que insultaba a su novio llamándole "hijo de puta". En evidente estado de nerviosismo, sacó gran parte de su cuerpo por la ventana y, a continuación, el de su hija pequeña, cogiéndola por debajo de los brazos.

Al ver que la joven no desistía de su actitud, los vecinos concentrados en la calle sacaron colchones y extendieron sábanas y mantas para amortiguar la caída del bebé, en caso de que finalmente la arrojase. Sin embargo, al ver el proceder de los vecinos, la madre empezó a balancear al bebé de un lado a otro simulando intención de lanzarlo lejos.

Al lugar ya se había desplazado la Guardia Civil y la Policía Local. La puerta estaba cerrada y la joven no accedía a abrir. Aprisa, el teniente de la Guardia Civil subió los cinco pisos por las escaleras y nada más llegar dio una patada a la puerta y la abrió. Golpeó también la puerta de la habitación y pudieron reducir a la madre. "Cogí a la menor que estaba llorando y detuvimos a la madre" explica el teniente.

La arrestada fue atendida por el 061 y trasladada después a un hospital de Vigo para recibir asistencia médica. La pequeña, que no sufrió daños físicos, fue llevada al centro médico para valorar su estado. Ayer por la tarde, ella y su hermana de 3 años permanecían en el cuartel a la espera de que sean acogidas por un familiar o trasladadas a un centro de menores.

Por su parte, el novio de la detenida argumenta que ella "había bebido mucho y estaba muy alterada" y atribuye su actitud a los celos. Los vecinos aseguran que habitualmente "se les escuchaba hacer jaleo". Las niñas, que no son hijas de él, "no tienen la culpa de nuestras cosas y yo voy a intentar recuperarlas", aseguró por la tarde en el piso en el que sucedieron los hechos.