Durante casi 8 meses el Greco Galicia mantuvo bajo vigilancia a la organización atribuida a Marcos Vigo y José Luis Viñas Morgade. Las escuchas telefónicas y las fotos de encuentros mantenidos en locales hosteleros de A Cañiza, Vigo o Baiona para preparar el transporte del gran alijo de cocaína, sirven para cuestionar las versiones de los detenidos que ayer negaban su vinculación a la organización y aseguraban poco menos que "solo pasaban por allí", como dos vigueses que declararon ayer por la mañana y aseguraban "estar de paso" en un piso.

El teléfono pinchado del vigués José Manuel Rodríguez Camesella, permitió conocer sus gestiones con los dos vecinos de Ponteareas para hacerse con un velero.