El asesino de la estricnina, José Luis Lamelas Álvarez, vuelve a ser culpable. Por segunda vez. Por unanimidad. Tras cuatro días de juicio repetido y como resultado de seis horas de deliberaciones en la Audiencia de Ourense, el tribunal popular lo declaró ayer responsable de envenenar a su convecino y exsocio ganadero, Felisindo González, al que odió durante años. El tribunal le impondrá una pena de entre 15 y 17 años.

Año y medio después del primer juicio, y con el precedente de que el dictamen inicial fue anulado por el Supremo, el nuevo jurado ha dado validez a la versión de las acusaciones sobre una maquinación criminal de Lamelas, que tendió una trampa mortal con una botella de vino combinada con veneno. Su enemigo, al que había amenazado con quemarle la casa tal y como rememoró la familia-"no podía ser otro, nos hizo la vida imposible", confesó la viuda-, se la llevó sin desconfiar a casa. Un solo sorbo le causó una muerte atroz. "Voy a morir como un perro envenenado", dijo a su esposa en su agonía.