José Manuel Burés Otero, "O Rato", de 92 años y vecino del Concello de Valga, apareció muerto ayer por la tarde en el interior de su casa. El cuerpo estaba parcialmente calcinado y, según parece, mostraba otros indicios evidentes de muerte violenta, por lo que se decretó el secreto de sumario y todas las hipótesis están abiertas.

Inicialmente todo apunta a un posible robo, pues el fallecido, que vivía solo en el lugar de Forno, ya había sufrido otros asaltos con anterioridad, e incluso en una ocasión "le pusieron un cuchillo en la garganta", según relata uno de sus vecinos y confirma uno de sus nueve hijos.

De confirmarse la hipótesis del robo, esta vez el autor o autores del mismo habrían acabado con la vida del anciano y le habrían rociado con líquido inflamable para quemar su cuerpo.

La autopsia arrojará más luz sobre este suceso que conmocionó a los valgueses. Pero habrá que esperar, ya que a pesar de haberse localizado el cadáver a media tarde de ayer ni siquiera se efectuó el levantamiento del mismo.

La Guardia Civil ha optado por esperar hasta hoy, para dar tiempo a la llegada desde Madrid de un equipo de investigación especializado en este tipo de sucesos, el cual se ocupará de buscar cualquier prueba o indicio sobre lo sucedido tanto en el cuerpo como en la casa y el entorno de la misma, que anoche permanecía acordonada.

Mientras tanto, los hijos y demás familiares de José Manuel Burés Otero tratan de superar lo sucedido.

"Ya le habían robado alguna vez, pero esto ha sido muy diferente", acertaba a explicar una hija del fallecido, que como queda dicho vivía solo en su vivienda, situada en el lugar de Forno, al lado de la carretera comarcal PO-548, que une Pontecesures con Vilagarcía.

"Los vecinos se dieron cuenta de que algo extraño sucedía porque vieron la casa cerrada durante todo el día, y como aquello era muy raro llamamos a la Guardia Civil", añade una de las hijas de la víctima.

También explica que su padre "podía tener algo de dinero en casa, como todos, pero trabajaba con el banco".

Aunque también ella parece sospechar que pudo tratarse de un robo, prefiere esperar acontecimientos, pues cree que "esto aún va a durar unos días y tendremos que esperar para saber qué pasó de verdad".

Algo parecido declaran los vecinos de José Manuel Burés Otero. "Apareció muerto en su casa, en la que vivía solo a pesar de tener muchos hijos", señala un residente en el lugar de Forno, en la parroquia valguesa de Cordeiro.

Es el mismo ciudadano que apunta que la víctima "era un hombre tranquilo; tenía sus rarezas, como todos, pero no tenía problemas con los demás". También este vecino de la víctima destaca que "ya le robaron en otras ocasiones, y yo mismo tuve que socorrerlo una vez".