El hombre de 54 años acusado de abusar de dos niñas de Vigo, así como de agredir sexualmente a la mayor de ellas, negó ayer la autoría de los hechos en el juicio que comenzó en Vigo y atribuyó la denuncia a una "venganza" del padre de las víctimas ya que, según su versión, trabajaba para este hombre en una empresa de construcción y fue a reclamarle "sus derechos". Frente a este alegato de inocencia de C.A.C.P., que cuenta con antecedentes por delitos como robo o tenencia de armas, por los que ya ha pasado temporadas en prisión, las dos menores, que cuando presuntamente sucedieron los hechos tenían 9 y 12 años, ratificaron sus declaraciones iniciales relatando los abusos sufridos. A mayores, las peritos forenses calificaron como creíbles sus testimonios.

El juicio arrancó ayer en la Sección Quinta de la Audiencia viguesa. La Fiscalía pide que el acusado, originario de Portugal pero que lleva años asentado en Galicia, sea condenado a 20 años de prisión, así como al pago de 8.000 euros a las víctimas en concepto de daños morales. La vista fue a puerta cerrada, pero según lo que trascendió de los hechos, el imputado había sido al parecer acogido por el padre de las niñas, que tiene una empresa del sector de construcción. Al parecer, decidió dar cobijo en su casa a C.A.C.P. porque vivía en condiciones de precariedad y le dio pena. Además, le habían dicho que era "buena persona".

Así, el imputado estuvo nueve meses residiendo en la vivienda del padre de las niñas, que está separado de su mujer. Aunque es ésta quién tiene la custodia, en aquella época las menores vivían con su progenitor. En este contexto, al parecer el imputado ayudaba al hombre llevando a las pequeñas al colegio o al parque. El acusado además aseguró que trabajaba para él en la construcción, pero el padre de las pequeñas negó este extremo, señalando que aparecía en el trabajo "porque él quería".

Además de negar los abusos y la agresión sexual, supuestamente ocurridos en 2012, el procesado aseguró estar en contra de este tipo de comportamientos -algo que también relató a los psicólogos forenses- y dijo que tenía una relación normal con las niñas.

Además de las menores, que testificaron protegidas por un biombo, también declararon sus padres, que fueron quiénes presentaron la denuncia. La mujer aseguró que había encontrado a la hija mayor -la que supuestamente sufrió la agresión sexual- "rara" desde que el imputado había empezado a vivir en la casa del padre. Pasado el tiempo el acusado, además, hizo un comentario sexual en relación con una menor ante el progenitor de las niñas, lo que provocó que éste decidiese echarlo de la casa. La hija mayor le había dicho que no quería que el hombre viviese allí y cuando se fue del domicilio confesó a sus padres los abusos sufridos. Ese mismo día fue presentada la denuncia ante el grupo SAF de la Policía Nacional de Vigo.