Antonio Quintela, de 33 años, el conductor que se enfrenta a 4 años de cárcel por el accidente mortal de Cea -un choque frontal en el que murió la profesora Elena Sotelo que viajaba con su familia para enseñarles su próximo lugar de trabajo-, admitió haber bebido antes de ponerse al volante, pero su abogada considera que no existen pruebas de que el alcohol le afectara a sus capacidades, en contra de lo que concluyen la Guardia Civil y la Fiscalía. La defensa pidió la anulación de los análisis de sangre en el hospital -que arrojaron un resultado de casi el cuádruplo de lo legal- al considerar que se vulneraron los derechos de su cliente. La fiscal le reprendió: "No es admisible cuestionar que no hubiera todas las garantías. No estamos hablando de un caso Ortega Cano. En ese proceso la prueba de extracción de sangre se acordó a los 5 días del accidente. Aquí aún estaba en la camilla".