"Soy inocente. Me tuve que defender, sino yo podría estar muerto. Ellas me robaron la cadena de oro que tenía en el cuello y a día de hoy no ha aparecido", manifestó en su derecho a la última palabra el ciudadano portugués J.G.A, juzgado ayer en la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo acusado de apuñalar a una transexual con una botella rota y de golpear a otras dos el 10 de septiembre de 2006. La fiscal solicita 4 años de prisión e indemnizaciones para las víctimas que, el abogado de la transexual apuñalada eleva a 60.000 euros por las cicatrices en abdomen y muslos a la bailarina que le impiden hacer striptease.

La versión de las víctimas, que declararon en la primera sesión del juicio celebrado el pasado 23 de abril, es muy distinta a la del acusado. Frente a la agresión que éste asegura sufrió de cinco o seis personas cuando fue a reclamarles la cadena de oro que habían robado a un amigo, ellas aseguraron que estaban ligando, y que el amigo del acusado quiso tener relaciones sexuales con una de ellas y ésta le pidió dinero.

En la sesión de ayer declaró el testigo que retuvo al acusado en el lugar de los hechos hasta que llegó la Policía. "Una de las travestis entró en local en el que yo estaba. Un hombre, que no era el acusado, quería meterle una botella de cerveza en al boca. Pedía auxilio. Cuando salí vi a Carolina de pie y al acusado con una botella rota en una mano y el bolso de la chica en la otra. Me tiré sobre él para retenerlo hasta que llegó la Policía, y cuando me levanté Carolina estaba llena de sangre el suelo y convulsionando", aseguró.

El abogado defensor insistió en que el acusado fue atacado por cinco personas y se defendió como pudo, forcejeó en el suelo con la bailarina y ella se cortó con los cristales del suelo. También pidió la atenuante de dilaciones indebidas pues han pasado siete años.