Las relaciones sexuales que Yonier Alejandro Arenas, un joven de 25 años que trabajaba en el Puerto, mantenía con una militar de Ferrol y su hija provocaron que fuese asesinado en 2012 en el barrio corués de A Cubela. Las acusaciones sostienen que la amante del fallecido, C.B., que tenía 31 años, convenció a su exmarido, con el que había vuelto, y a la pareja de su hija para que asesinasen a Yonier tras descubrir, a través de mensajes, que salía de vez en cuando con la adolescente de 15 años.

El fiscal exige que el novio de la menor, que tenía 19 años, sea condenado a 18 años de prisión por acuchillar en el corazón a la víctima. El imputado alegó ayer que no recuerda "nada de aquella noche". Tan solo es consciente, según su versión, de que la madre de su compañera le contó que su hija se acostaba con su amante. Después, según su relato, salió de casa acompañado por su suegra y el exmarido de ella. Se subieron a un coche y continuó drogándose y bebiendo. Lo siguiente que recuerda es despertarse con la llamada de la expareja de su suegra. El hombre le informó de que Yonier había muerto y de que él lo había apuñalado.

La procesada, que se enfrenta a 20 años de cárcel, admitió en la fase de instrucción haber estado en A Cubela cuando el novio de su hija, acompañado por su exmarido, acuchilló a Yonier. Ayer cambió su versión y aseveró que el día de los hechos se quedó dormida en su casa. Según su último testimonio, mintió para proteger a su hija porque la policía le había dicho que tenía pruebas de que la menor había estado en A Cubela. "Estaba convencida de que había sido mi hija y decidí echarme las culpas. Pensé que iría a la cárcel 15 años porque en Colombia los menores van a la cárcel", subrayó la sospechosa.

Junto a estos dos acusados, también lo están el exmarido de la supuesta inductora, para que el que se reclama una pena de 18 años por su colaboración en el asesinato; y Azahara C.G., para la que se pide año y medio de reclusión como autora de un delito de encubrimiento al tenerse indicios de que ocultó en su casa el arma homicida. Las acusaciones califican lo ocurrido de "crimen pasional".