El Juzgado de lo Penal número 5 de A Coruña condenó al ginecólogo J.A.B., a un año de prisión y a tres de inhabilitación por cometer un delito de homicidio imprudente al equivocarse al utilizar el fórceps en un parto, lo que provocó la muerte de un bebé en julio de 2008 en un hospital de la ciudad. El imputado, además, fue sentenciado a abonar una indemnización de 220.000 euros a los padres y hermanos del neonato.

La mujer embarazada acudió al centro hospitalario tras una gestación de 36 semanas. El feto presentaba, según el fallo judicial, "un cuadro de deceleraciones severas que evidenciaban sufrimiento fetal agudo por falta de oxígeno".

La magistrada destaca que existía "una indicación absoluta de práctica de cesárea" para este caso, pero que el acusado optó por la extracción del feto mediante fórceps, lo que causó al neonato un traumatismo obstetricia severo, con fractura craneal y afectación del cerebro. Esto, según la sentencia, "agravó de forma evidente la previa situación de anoxia del feto, al haberse prolongado de forma indebida la extracción y haber causado la lesión cerebral". Ante el fracaso del parto instrumental, el obstetra practicó una cesárea, naciendo el niño el día 2 de Julio a las 15.30 horas. Dos días después falleció.