El farmacéutico de Celeiros, en el concello ourensano de Chandrexa de Queixa, volvió ayer a su botica tras ser arrestado e imputado por una presunta estafa continuada para incrementar su facturación y un posible delito medioambiental al tirar a la basura -pese a su elevado poder tóxico y contaminante- envases con medicamentos. En total se localizaron unas 350 cajas valoradas en 10.000 euros. Un vecino denunció en febrero que alguien tiraba en el contenedor de materia orgánica medicamentos y comenzó la "Operación Insulina" que llevó hasta el farmacéutico.

Según la Guardia Civil, el boticario revisaba los números de la Seguridad Social de los clientes para comprobar los medicamentos que tenían prescritos. Después, preparaba paquetes con las medicinas, les retiraba el cupón precinto y los enviaba al Colegio de Farmacéuticos para justificar la facturación. Una vez realizados esos trámites, almacenaba los medicamentos durante un tiempo. Los investigadores sospechan que si los pacientes no acudían a retirarlos, acababan en contenedores de basura.