María Elena Sotelo, una profesora de 39 años vecina del barrio ourensano de O Couto, quería enseñar a su marido y a sus hijas pequeñas, de 4 y 7 años, la localidad y el colegio de San Cristovo de Cea al que la mujer se incorporaba al día siguiente como docente de inglés. Iba al volante para conocer la carretera, pero todo los planes de futuro se truncaron en un accidente mortal que ayer llevó a juicio en Ourense a Antonio Quintela Prado, el conductor que, tras haber bebido, se empotró contra el vehículo de la profesora y su familia a menos de un kilómetro del último bar.

En el hospital, después de la tragedia, triplicó la tasa máxima permitida de alcohol. La prueba de sangre confirmó el exceso de embriaguez. Su abogada, no obstante, solicitaba ayer por primera vez a la juez la anulación de los test porque, según defiende, los agentes de la Guardia Civil de Tráfico no informaron al conductor y sus derechos pudieron haber sido vulnerados. Los agentes lo niegan. Contaban, desde el momento del suceso, con la autorización de la juez, que luego rubricó en un auto.

Antonio Quintela, de 33 años, interno en un centro contra adicciones desde hace diez meses -el fiscal y la acusación sospechan que lo ha hecho para atenuar su responsabilidad de cara al juicio- y diagnosticado de problemas de dependencia etílica por un psiquiatra que ayer declaró propuesto por la defensa, reconoció a la juez que el día de los hechos, el 30 de agosto de 2010, había consumido alcohol -se tomó una cerveza, vino con la comida y un gintonic, dijo- pero considera que "la ingesta no fue exagerada. Cree que "estaba en condiciones de conducir".

El fiscal pide una codnena de 4 años de prisión, pero el joven atribuyó al sol el accidente que costó la vida a la mujer y dejó heridos a los familiares, el esposo y las menores:"Me deslumbró en una curva". La colisión mortal tuvo lugar justo a la altura del colegio público donde habría empezado a trabajar la mujer. Antonio Quintela, que conducía en sentido Ourense, perdió el control de su BMW, invadió el carril opuesto en el que circulaban la fallecida y su familia.