El Juzgado de lo Penal 2 de Vigo ha absuelto a cuatro jóvenes acusados del robo de 1.200 kilos de baterías de automóviles en un desguace de Cabral. La juez concluye que no se practicó "prueba de cargo suficiente" para destruir la presunción de inocencia de los chicos. Y es que la prueba clave, las cintas de seguridad del establecimiento donde se veía a tres individuos con sus rostros tapados pero que los guardias civiles identificaban como los imputados "por la forma de andar y los gestos", no pudieron visionarse en el juicio porque estaban "dañadas".

La Fiscalía pedía hasta 2 años y 2 meses de cárcel: tres jóvenes estaban acusados del robo y otro de receptación por vender parte de las baterías en Ponteareas. Pero la juez no lo ve probado. Además de no poder visionarse los vídeos de las cámaras del desguace y de reconocer los agentes que no llegaron a ver los rostros de los ladrones, no constan en autos las actas de intervención de las asas de plástico que se usan para trasladar baterías y que los guardias dicen que se hallaron en la furgoneta de un imputado. Además, la persona que pagó las baterías en Ponteareas no fue citado a juicio, por lo que no se pudo corroborar que el acusado de receptación fuese el que vendió el material robado.