La pareja que durante cuatro días mantuvo en jaque a la Guardia Civil al protagonizar una rocambolesca fuga en O Salnés que acabó con su captura en Silleda, desarrolló una gran actividad delictiva durante las cinco semanas que estuvo asentada en Cambados, a tenor de los delitos que se les atribuyen. En principio la Guardia Civil les imputa una docena de robos -dos a la semana-, algunos con fuerza y otros con intimidación e incluso lesiones, y también un delito de conducción temeraria.

Miguel Ángel Serrano Losana y Carmen Castillo Romero pasarán hoy a disposición del Juzgado de Instrucción 3 de Pontevedra con todos los atestados acumulados por presuntos delitos cometidos en la capital de la provincia, O Salnés y A Estrada. El juez decidirá si se inhibe o no en favor de los otros juzgados.

Mientras, el equipo de investigación va reconstruyendo la trayectoria de la pareja. El motivo por el que en plena fuga regresaron a su vivienda de Cambados de madrugada pese a que estaba vigilada por la Guardia Civil era recoger las llaves de un inmueble desvalijado en Pontecaldelas donde ella se ofreció como asistenta, pero se olvidaron las del coche que pretendían robar a los propietarios para huir de Galicia. Las llaves de este coche aparecieron en el registro de su domicilio en Cambados, junto con una pistola simulada y documentos de las víctimas de dos tirones en Pontevedra y Cambados.

A la docena de robos que se les atribuyen podrían sumarse otros nuevos. Así, se investiga si están relacionados con la oleada de robos de Barro, en uno de los cuales los ladrones llegaron a disparar contra una mujer a la salida de un bar. Menos dudas ofrece la supuesta vinculación de la pareja con robos en viviendas del entorno de Pontevedra. La mujer contactaba con personas mayores a las que se ofrecía como empleada del hogar. Entre tres y cinco días después de empezar a trabajar desvalijaba las viviendas y se llevaba alhajas, joyas, dinero y documentación, que luego falsificaban, según informó ayer el subdelegado del Gobierno, Antonio Coello.

También se les atribuyen los robos en tres bares de Padrenda y Dena (Meaño); la sustracción en Pontevedra del coche con el que intentaron fugarse el miércoles; o el hurto en la gasolinera de A Estrada donde se marcharon sin pagar el carburante.

Además tendrán que responder de, al menos, un delito contra la seguridad vial, cometido durante la fuga del sábado cuando eran perseguidos por la Guardia Civil, y dos de lesiones. Uno por el atraco perpetrado en una zapatería de Dena, en la que Miguel Ángel Serrano habría golpeado con una pistola en la cabeza a la dependienta. El otro es porque causaron lesiones leves con un objeto punzante a la adolescente a la que obligaron a salir del coche que robaron delante de una guardería en Pontevedra. "Eran personas violentas que ejercían robos con violencia e intimidación. Son delitos muy graves. Forzaban a las personas", remachó Antonio Coello en Pontevedra. Llegaron a Galicia huyendo de Levante y un juzgado de Alicante ha tramitado ya una requisitoria.