Muchos de los agentes que intervinieron directamente en el operativo de persecución y búsqueda portaban armas cortas y chalecos antibalas, mientras que en los controles de carretera y fincas portaban subfusiles, todo ello ante el temor de que los dos delincuentes estuviesen armados.

De hecho, varios vecinos y testigos que observaban el despliegue desde las puertas de sus casas aseguraron que los guardias civiles les aconsejaron: "Métanse dentro, van armados y si pasan por aquí podríamos tener que disparar".

Eso sí, no llegaron a producirse episodios de ese tipo pero sí momentos de tensión y preocupación entre los vecinos, que no daban crédito al impresionante despliegue de hombres y medios que "blindó" Vilalonga durante toda la mañana.