El joven acusado de abusar sexualmente de su vecina octogenaria en Cee hace ya más de dos años reconoció ayer que se había asustado cuando, al volver a su casa, tras una noche de fiesta la había encontrado llena de humo y de ceniza porque se había olvidado una sartén al fuego. "No quería hacerle daño y no se me pasó por la cabeza que pudiese hacérselo", comentó el joven ayer, ante el tribunal de la Audiencia Provincial.

Dice que se arrepiente de lo que hizo y que sabe que está "mal no, lo siguiente". Su relato coincide bastante con el de la víctima, aunque difiere en algunos puntos. Ambos están de acuerdo en que el agresor se descolgó por el patio y se coló por la ventana de la cocina de la mujer, prácticamente desnudo pues solo llevaba una camiseta que utilizó para taparle la cara a la mujer y que se sentó a horcajadas sobre ella y que se masturbó y eyaculó mientras estaba en esta posición. La mujer le ofreció dinero a cambio de que la dejase y, a pesar de que el joven había cobrado aquella mañana mil euros y asegura que no tenía problemas económicos, tomó los 60 euros que la mujer le ofreció y que se fue a su casa.

La víctima asegura que su vecino le decía que le había quemado la casa a su propietario -un compañero de trabajo- porque éste le había robado la novia, aunque el acusado asegura que esas frases no tienen sentido para él, ya que no tiene "nada en su contra". Preguntado por qué lo hizo, el hombre -que está en prisión desde entonces- asegura que no lo sabe, aunque admite que ese día se había tomado su medicación para la depresión y un cóctel de alcohol, cocaína y otros estupefacientes.

La víctima ayer acusó al joven no solo de haberla intentado penetrar vaginalmente, como había sostenido en sus primeras declaraciones, sino también de haber conseguido introducirle el pene en la boca en dos ocasiones. La Fiscalía demandó al tribunal que le condenase a 18 de prisión, catorce por la agresión sexual y otros cuatro por robo en casa habitada.