Un matrimonio y su hijo, los tres propietarios de un geriátrico de la localidad coruñesa de Outes, han sido absueltos de haber estafado a cinco ancianos residentes en su centro. El tribunal considera que no hay evidencias suficientes para probar que los afectados cedieron sus fincas y viviendas bajo coacciones o sin saber qué era lo que estaban haciendo cuando firmaban los contratos de cesión. Los propietarios del geriátrico recibieron bienes por un valor superior a los 200.000 euros, de los que uno aportó, por alimentos, más de 100.000 euros.

El tribunal considera que, a pesar de que la Fiscalía agotó "todas las vías" por demostrar el supuesto engaño, no hay pruebas suficientes para fallar en contra de los acusados. La sentencia recoge que el geriátrico se encuentra -desde su apertura en 1997 y hasta la actualidad- al corriente de los requisitos administrativos y que ha superado "las diferentes inspecciones" a las que se le ha sometido.

Según el fallo de los magistrados, las cuotas mensuales a las que los internos hacían frente eran abonadas por sus familiares -todos mayores- o por los interesados directamente, bien en pagos económicos bien cediéndole a la propietaria del geriátrico sus bienes.

La sala ha absuelto al matrimonio y a su hijo porque considera que no se ha podido demostrar que la familia hubiese estafado a los ancianos, a pesar de que el Ministerio fiscal alegó que algunos de los afectados no sabían leer ni escribir ni hacer operaciones aritméticas sencillas. La sentencia puede ser recurrida..