Al responsable del grupo empresarial vigués Las 5 Jotas, epicentro del mayor fraude fiscal destapado en Galicia mediante la emisión de facturas falsas de las que se beneficiaron al menos 200 imputados, incluidas 65 grandes empresas que habrían defraudado unos 50 millones de euros en el IVA y el Impuesto de Sociedades, se le acumulan las visitas al juzgado.

J.M.C.E., representante de la empresa Chita de Las 5 Jotas de Galicia, iba a ser juzgado ayer en Penal 3 de Vigo por un delito de estafa continuada a un inmigrante, junto con la socia de una gestoría y la mujer que medió para facilitarle un contrato laboral por el que el perjudicado pagó 1.500 euros, para lograr una residencia laboral que se le denegó. La vista se suspendió porque varias defensas recurrieron el auto de procesamiento en la Audiencia y no se ha resuelto.

El fiscal pide para cada uno de los tres imputados dos años y medio de prisión y que indemnicen en 1.500 euros al perjudicado. El escrito de acusación sostiene que la víctima, de nacionalidad ecuatoriana, estaba en 2010 en situación irregular en España y para conseguir el permiso de residencia y trabajo intentó lograr una oferta de trabajo. Contactó con la acusada M.M.G., que le indicó que podía conseguírsela a cambio de 2.000 euros.

El fiscal indica que la mediadora se concertó con los otros dos acusados, J.M.C.E., representante de la empresa Chita de Las 5 Jotas de Galicia, y con M.J.D.P.T., socia de la asesoría Diyou Team que gestionaba los asuntos laborales y administrativos de la empresa. La acusación apunta que el inmigrante acudió con la mediadora a la asesoría, donde su responsable le explicó la documentación que necesitaría y que el abono de las Seguridad Social debería realizarlo en una cuenta que le facilitaría "todo ello a sabiendas de que el contrato se realizaba en fraude de Ley y de que el inmigrante estaba pagando por un contrato que nunca le permitiría obtener la regularización". Tres días después recogió el contrato con el sello de Chita de Las 5 Jotas. El empresario sostiene que no tuvo nada que ver, que no firmó nada y que el sello de la empresa lo tenía la asesoría que gestionaba sus asuntos.