La banda desarticulada por la Guardia Civil en A Estrada, Ferrol y Cerceda, especializada en asaltos mediante butrón y a la que se atribuye más de 60 robos por toda Galicia, se encuentra desde ayer en libertad. Los ocho detenidos en la que se ha bautizado como Operación Crápula pasaron a disposición del titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Santiago de Compostela, el juez Vázquez Taín, quien tras tomarles declaración los dejó libres con cargos con la imputación de delitos de robo con fuerza. Fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) señalaron que la razón por la cual la Fiscalía no solicitó el ingreso en prisión de los arrestados fue que en los robos no utilizaron violencia.

La red caía esta misma semana. La Guardia Civil vincula al grupo con un total de 64 robos cometidos en gasolineras, naves industriales, supermercados y otros establecimientos comerciales. Los investigadores los relacionan en concreto con 29 robos cometidos en la provincia de Pontevedra, otros 21 en Ourense, 13 en A Coruña y al menos uno en Lugo. Los ladrones solían actuar de noche, inutilizaban las alarmas para que su presencia no fuese detectada y entraban en los establecimientos a través de los tejados. La investigación contra ellos comenzó en 2010 y las detenciones se realizaron en la localidad pontevedresa de A Estrada y en las coruñesas de Ferrol y Cerceda. En este último municipio el supuesto cabecilla de la organización se disfrazó de policía y otro de los miembros de la banda, con el traje de rayas de los antiguos presos. Lo hicieron en los últimos carnavales y no dudaron en fotografiarse ante un cajero.

Los detenidos prestaron declaración a lo largo de la jornada de ayer ante el juez instructor del caso tras pasar la noche en los calabozos de la Guardia Civil. Uno de los asaltos más espectaculares que se le atribuyen fue en Cerceda, donde utilizaron una excavadora para llevarse el cajero de una entidad bancaria, logrando así 9.000 euros.

Botín

Según los investigadores, el botín global que habría logrado la banda en las decenas de robos cometidos ascendería a unos 200.000 euros. Además de las detenciones, los guardias civiles se incautaron de material en los registros domiciliarios practicados.