Una temeraria huida de la Policía Local a los mandos de su ciclomotor por el casco urbano de Vigo y la autovía A-52 que terminó cuando el propio motorista se introdujo a toda velocidad... en la comisaría de la Policía Nacional. El protagonista de esta peligrosa fuga ocurrida hace solo tres semanas y que el fiscal no dudó en calificar de "suicida" es Jacobo G.M., un joven multirreincidente con 5 condenas ya en su haber por hechos similares y al que su abogado comparó con el mítico agente 007: señaló que a su cliente le gustaba actuar "como James Bond" escapando cuando era perseguido por los agentes, precisando sin embargo que "sus fechorías" ya forman parte del pasado y que si en esta ocasión huyó a toda velocidad fue por "miedo insuperable" a los agentes municipales. "Me tienen manía y no quería que me pegasen", alegó el joven, añadiendo que si finalizó su fuga en comisaría fue para que lo arrestase la Policía Nacional y no los agentes de la Local que lo venían siguiendo. "Entré allí y les dije: 'Detenedme vosotros'", dijo.

El juicio rápido se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal 3 de Vigo y la Fiscalía pide que el chico, de 25 años, sea sentenciado a 20 meses de cárcel, 8 meses de prohibición de conducir, multa de 6.000 euros y el decomiso de la moto por delitos de conducción sin carné, conducción temeraria y resistencia grave. También solicita que se le aplique como agravante la multirreincidencia.

Todo ocurrió a última hora de la tarde del pasado 19 de febrero. Dos motoristas de la Policía Local dieron el alto al acusado en la confluencia de las calles Zamora con Salamanca porque el escape de su ciclomotor emitía un gran ruido. Pero el joven comenzó una fuga de casi media hora que lo llevó a circular en dirección prohibida, saltarse semáforos y señales e incluso a invadir aceras. Llegó a irrumpir, también en dirección contraria a la establecida, en la autovía A-52. Ya de vuelta, antes de introducirse en la comisaría de López Mora, se subió con la moto a una acera donde había varias terrazas de cafeterías. "La gente tuvo que apartarse con su silla para no ser arrollada", describía un policía local que persiguió al joven con su moto durante toda la temeraria fuga. El chico admitió que huyó de los agentes municipales, aunque alegó que lo hizo por "miedo" y porque le tienen "manía". Y dijo que se metió en comisaría, competencia de la Policía Nacional, porque quería que lo detuviesen los de ese cuerpo y no los de la Local.