El propietario de un locutorio vigués se sentó ayer en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo acusado de delito de apropiación indebida por quedarse supuestamente con 1.057 euros de envíos de clientes suyos por medio de Western Union al extranjero. La presunta perjudicada es esta compañía de servicios financieros y de comunicación, que adelantó los envíos monetarios pero que supuestamente después no recibió las cantidades de este agente. La Fiscalía pide una condena de un año de cárcel. El imputado niega la autoría de los hechos y su abogada pide la libre absolución.

Y es que frente a la tesis del Ministerio Público y a lo declarado por el representante legal de Western Union, que aseguró que el acusado llegó a firmar un reconocimiento de deuda e incluso le devolvió otros 400 euros que también le adeudaba de esos envíos, el imputado negó haber recibido los depósitos de dinero, señalando además que en el locutorio operaba una persona más. La letrada insistió en que, con la excepción de unas capturas de pantalla que impugnó al considerar que no identifican a su cliente, no se aportó documentación alguna que acredite el envío y la recepción del dinero por el que ahora se pleitea.