El arousano Óscar Manuel Rial Iglesias, "El Pastelero", y su socio José Constante Piñeiro Búa, "Costiñas", fueron durante años objetivo de las fuerzas antidroga. Se sospecha que lideraban la mayor red de tráfico marítimo de coca y que desde hace una década habrían introducido unas 20 toneladas al año, siendo los mayores proveedores de coca de España.

"El Pastelero" se sentó ayer por primera vez en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional, con otros 14 supuestos integrantes de la organización. La red se enfrenta a penas que suman 209 años de cárcel y 6.834 millones de euros en multas, pero el juicio se suspendió a petición del fiscal ante la incomparecencia de su principal testigo de cargo, el boirense José Luis Fernández Tubío. Detenido con los tripulantes venezolanos del pesquero San Miguel y los 3.500 kilos de cocaína que traía a Galicia en 2008, Tubío se "arrepintió" y su declaración llevó a los supuestos cabecillas gallegos, que se enfrentan con sus familias a otro delito de blanqueo. El boirense no compareció al juicio, pero se aportó un acta notarial en la que manifiesta que lo que confesó en su día no es real, sino "rumores" de prisión. En paradero desconocido y sin saber si está vivo o muerto, el juez Marlaska ha ordenado su búsqueda y aplaza el juicio a octubre. Los imputados regresaron anoche a sus casas, pues todos están en libertad.