Detenido un ourensano, su pareja y dos hijastros por la muerte de su hija deficiente en Lanzarote

La policía cree que el progenitor la violó y que cuando presuntamente cometió el crimen la joven estaba embarazada. José Luis está ingresado desde ayer en el hospital por padecer un cáncer terminal.

El padre de Verónica, José Luis M., es natural del pueblo de Bande en Ourense, aunque posteriormente se trasladó a Bilbao donde contrajo matrimonio. El fallecimiento de su mujer, al parecer ahogada en un río en presencia de Verónica, propició su traslado a Lanzarote junto a sus dos hijos menores. Ya en Lanzarote entabló una relación sentimental con su actual pareja, Carmen Delia, que ya tenía otros tres hijos fruto de un anterior matrimonio. Precisamente, dos de ellos han sido arrastrados como presuntos encubridores de la muerte de Verónica.

Los hechos que rodean a este suceso están marcados de episodios de malos tratos que provocaron incluso que los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Tinajo les retiraran, por orden judicial, la custodia a su padre y a su actual pareja tanto de la joven, que sufría una importante deficiencia psíquica, en torno al 60%, como de otro hermano cuando eran menores de edad.

Sin embargo, tras cumplir la mayoría de edad en el año 2003 la joven dejaba la residencia tutelada del Gobierno canario y volvía de nuevo a la casa de su padre a pesar de los antecedentes de malos tratos. Los hermanos habían llegado a Lanzarote hace más de una década con su padre desde la Península tras el fallecimiento de su madre.

Una herencia

Las investigaciones policiales comenzaron el pasado mes de diciembre cuando el hermano de la joven, que no reside con su padre en Tinajo y con el que, al parecer no se lleva nada bien, decidió interponer una denuncia ante la Policía Nacional de Arrecife por la desaparición de su hermana a la que no veía desde hacía años, ante la necesidad de solventar los trámites burocráticos para poder cobrar una herencia de sus abuelos residentes en la Península. Las contradicciones de la familia de la joven sobre su paradero y ante la posibilidad de que intentaran esconderla, llevó a la policía a solicitar una orden de registro de la vivienda. De hecho, en un primer momento, los detenidos aseguraron a la policía que hacía más de cinco años que no sabían nada de ella. Esta declaración no se correspondía con las manifestaciones de algunos vecinos que aseguraron haber visto a la joven hacía un año coincidiendo con la época de podas de las viñas.

"Restos humanos"

Los agentes habían sido alertados, además, por el hermano de la chica, José Luis, de que cuando era pequeña su padre la escondía en una enorme grieta abierta en el suelo situada detrás de la casa. Y fue ahí donde la policía acudía en la mañana del pasado martes tras acceder a la vivienda. "Son huesos humanos", fue la primera expresión de los policías que accedieron a la grieta para comprobar el contenido de varias bolsas de plástico que se veían desde el exterior.

La decisión de los agentes de registrar la cueva provocó la huida de la pareja de su padre, que sin dudarlo se echó a correr en dirección al parque nacional de Timanfaya. La policía lograba detenerla tres horas después tras una huida a la desesperada. Se da la circunstancia que el padre de la joven apenas puede caminar dado que sufre las secuelas de un cáncer terminal, por lo que fue trasladado al hospital para que pudiera seguir con su tratamiento, aunque custodiado por agentes de la policía.

Las investigaciones policiales tratarán de confirmar la confesión de su madrastra que acusa al padre de la joven de haber sido el autor del crimen después de haberla dejado embarazada. El cuarto detenido, otro hijo de la compañera, fue detenido ayer.