Un vecino de Sabarís (Nigrán) denunció el robo perpetrado en el domicilio familiar en el que reside con su madre y dos hermanos. Los ladrones, aseguró, entraron por la mañana mientras él se fue a trabajar y se llevaron 1.200 euros, joyas, documentación, un teléfono móvil y botellas de whisky. Su madre y otra mujer, sin embargo, lo encontraron ese día a media mañana durmiendo en su cama. El Juzgado de lo Penal 3 de Vigo acaba de condenar a José V.R. a ocho meses multa a razón de 6 euros diarios (1.440 euros) por una falta de simulación de delito y a otros 270 euros por una falta de estafa. Además, abonará 300 euros a la compañía de seguros que cambió la cerradura de la vivienda y las costas procesales.

Las comisaría gallegas han detectado en los últimos meses un importante incremento de casos similares con denuncias de falsos robos para estafar al seguro. Desde accidentes que no han tenido lugar a falsos robos en domicilios para reponer televisores. Por eso, las compañías de seguros también han incrementado la contratación de detectives privados.

El número de robos con violencia creció este año, hasta septiembre, un 9,1% en Galicia, alcanzándose 1.105 denuncias. La Policía Nacional ha decidido alertar públicamente de las consecuencias penales de quienes denuncian falsos delitos. "Tarde o temprano se va descubrir la verdad, investigamos todos los casos y la mayoría conllevan la intencionalidad de estafar", advierten los jefes policiales.

No hay un perfil concreto de estos simuladores de delitos. El jefe de electricistas de una obra de Redondela comprobó un lunes por la mañana que la puerta estaba abierta y forzada faltando de su interior las herramientas, valoradas en más de 1.000 euros. La Policía Nacional de Vigo recuperó taladros y decapadores en un establecimiento de compraventa de la calle Urzáiz y se descubrió que quien realizó la venta fue el propio jefe de electricistas que entregó las herramientas que faltaban.

Los casos más comunes son las denuncias de robo con intimidación y violencia, necesarias para que las aseguradoras puedan resarcir a sus asegurados; pero también daños en el vehículo para reparar la chapa y pintarlo o para adquirir un nuevo teléfono móvil. En las últimas semanas la comisaría de Vigo ha detectado seis casos de este tipo (casi uno a la semana), la de Santiago de Compostela dos y al menos uno la de Pontevedra. Una variante es denunciar el robo del vehículo cuando ha intervenido en la comisión de un delito o un accidente y trata de inhibirse de su responsabilidad.

Las denuncias de robos con intimidación de carteras, dinero a la salida de un cajero y de tarjetas de crédito son también bastante comunes, según los datos que maneja el Ministerio de Interior, si bien la propia pericia policial los convierte en los más fáciles de descubrir.

A veces se intenta ocultar con un robo juergas demasiado caras, como un joven de Redondela que denunció gastos de 3.000 con su tarjeta en un local de copas. Otra modalidad, advierte la Policía, es encubrir venganzas en falsas denuncias y acusar con nombre y apellidos a alguien como autor un delito inexistente. "Las denuncias falsa causan graves perjuicios en la labor policial. Se considera un abuso a las administraciones al hacer un uso innecesario de sus recursos, cada más limitados", advierten los responsables policiales.