Dos años de prisión. Es la condena que aceptó ayer en el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo un hombre, J.E.J., por agredir sexualmente a una mujer a la que había conocido en una discoteca y a la que llegó a intimidar con ir a coger un cuchillo a la cocina si no dejaba de gritar. La fiscal pedía inicialmente 5 años de cárcel, pero finalmente rebajó su solicitud al aplicarse la circunstancia atenuante de reparación del daño ya que el acusado abonó los 5.000 euros de indemnización que se pedían para la mujer.

Los hechos ocurrieron la madrugada del 3 de septiembre de 2011. El ya condenado conoció esa noche en una discoteca viguesa a la mujer a través de una amiga común de ambos. Según el escrito de acusación del ministerio fiscal, como esta última empezó a encontrarse mal, ambos la acompañaron al hostal en el que se alojaba y a continuación víctima y agresor quedaron con la excusa de hablar de su amiga y también porque la mujer le había dicho al acusado que era quiromasajista y éste le pidió que le viese un tobillo que tenía mal.

Por ello, continúa la Fiscalía, ambos se dirigieron al domicilio de ella, advirtiendo la mujer al acusado, al ver su actitud cariñosa, "que no iba a tener nada con él". Pero una vez en la vivienda el hombre comenzó a realizarle insinuaciones, al tiempo que la víctima le repetía "que no quería tener ninguna relación con él y que se fuera". Pero el ya condenado no abandonó el domicilio y continuó insinuándose hasta que en un momento dado, según consta en el escrito del Ministerio Público, "empezó a tocar a la mujer".

Ante esta situación, la víctima le apretó las manos y se sentó en otro sofá, insistiéndole de nuevo en que abandonase la casa. El condenado, entonces, la agarró de un brazo y la tiró al suelo, ante lo cual la mujer empezó a gritar, diciéndole él que se callara, que la puerta estaba abierta y que si lo contaba "iba a ir a por ella", añadiéndole también que acabaría rápido.

Lejos de cesar en su actitud intimidatoria con la víctima, que en todo momento intentaba apartarlo y se resistía, el hombre abusó de ella, "llegando a sujetarla por la mandíbula al tiempo que le decía que si no se callaba iba a ir a por un cuchillo en la cocina". Finalmente, y aprovechando un momento en el que el acusado cesó en su actitud violenta, la víctima consiguió refugiarse en el cuarto de baño de su vivienda, aparentando que estaba avisando a la Policía, por lo que el hombre se fue.

Poco después, a las siete y media de la mañana, el acusado llamó a la mujer pidiéndole perdón y diciéndole "que no quería hacerle daño", prosigue el escrito fiscal. Casi dos horas después, cuando la víctima ya se encontraba acompañada por agentes, volvió a llamarla. "La próxima vez lo hacemos bien con unos preservativos", le dijo, al tiempo que le señalaba que no había sido "para tanto" y que "lo del cuchillo era broma". Como consecuencia del forcejeo, la mujer sufrió eritemas. La Fiscalía también solicitaba pena de alejamiento.