El más escurridizo de los grandes capos gallegos, Francisco Javier Martínez Sanmillán, "Franky", que cambió las huellas dactilares de sus manos por las de sus pies y permaeció 12 años fugado de la Justicia, alegó ayer que sufrió un accidente laboral con una prensa hidráulica que le atrapó la mano y que no pretendía con esa operación eludir a la Justicia. En su declaración en la Audiencia de Alicante, donde le juzgan por lavar más de 4 millones de euros procedentes del narcotráfico en la adquisición de bienes inmuebles y otros efectos como coches y joyas, justificó que una empresa de La Mancha -cuyo nombre no desveló-, le hizo el favor de darle trabajo cuando se encontraba huido.

"Franky" estaba en paradero desconocido desde 1994 cuando la Audiencia Nacional le condenó a 17 años de prisión por la Operación Nécora. La Policía le detuvo en 2006 en un chalé de lujo en Pedreguer (Alicante), donde vivía con un DNI y un carné de conducir falso. La Fiscalía le acusa de haber estado durante estos años blanqueando el dinero que obtuvo del narcotráfico en la adquisición de bienes inmuebles, utilizando a terceras personas para figurar como los titulares de esos bienes, motivo por el que le pide seis años de cárcel. En el banquillo se sientan otras cuatro personas más, entre ellas su exmujer y su expareja, a las que se acusa de haber colaborado en la trama de blanqueo y para quienes se piden cuatro de años de cárcel a cada uno.

Martínez Sanmillán negó ayer que el chalé en el que se escondía: "Un amigo de Madrid me lo ofreció porque sabía de mi situación", aseguró y aceptó sin pagar nada y porque era un sitio tranquilo y seguro donde estar con sus hijos. "Todavía estoy pagando por tres operaciones que hizo la Policía. Si no tengo dinero, ¿qué voy a blanquear? Si tuviera lo que dice la Policía, me habría ido de España".

El chalé de Pedreguer está valorado en más de tres millones de euros y está adjudicado a la Generalitat Valenciana como centro para personas discapacitadas y enfermos mentales. El acusado aseguró que no sabía nada sobre la documentación intervenida en el domicilio y que estaba en dependencias de la casa que él no utilizaba. "Nunca usaría cosas que no son mías", adujo. En los años que permaneció huido de la Justicia, "sólo estuve un par de veces" en dicho chalé.

La finca de Pedreguer figuraba a nombre de la sociedad Loc Sea SL, con sede en Tarragona, detrás de la cual se encontraban una expareja sentimental del acusado y el cuñado de ésta, ambos imputados. Los dos admitieron que accedieron a figurar al frente de la sociedad por indicaciones de "Franky", de quien ignoraban su pasado. La mujer aseguró que le conocían desde el 98 como "Roberto", un empresario de la construcción con el que inició una relación sentimental.

Explicó que fue "Franky" quien en el año 2003 le propuso poner varias fincas que ella tenía a nombre de la sociedad, valoradas en cerca de medio millón de euros, porque podría obtener más beneficios. El dinero para comprarlo lo obtuvo de los años en que estuvo ejerciendo la prostitución y las hipotecas las sigue pagando por el beneficio que obtiene de alquilarlas. "Franky" negó conocer a sus dos presuntos testaferros.

La primera mujer de Martínez Sanmillán se sienta también en el banquillo acusada de haber adquirido inmuebles en Galicia entre 1999 y 2006 valorados, según el fiscal, en 1,8 millones de euros con dinero procedente del narcotráfico. Negó tener contacto con su marido desde su desaparición y aseguró que estos bienes los compró ella con su dinero, parte del cual fue un segundo premio en el sorteo de la Lotería de Navidad de 1998 que invirtió en casas rurales que compraba para restaurar. Según dijo, de vez en cuando su marido enviaba a alguien para contactar con ella y que le dejara ver a sus hijos. La mujer se mostró convencida de que la Policía llegó a su ex en Pedreguer siguiéndola cuando iba a llevarle a sus hijos. Según dijo, se divorció en el año 2002 y ha tenido dos parejas desde que se acabó su primer matrimonio con Martínez Sanmillán.